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CAPÍTULO TRECE

Sasuke Uchiha

— Hola, Sasuke —dijo ella, quien estaba recargada en el espaldar de su cama. El bebé reposaba en su pecho, como si fuera el sitio más cómodo de todo el universo. Yo sabía que era así.

Desde que me dejaron el libertad condicional, no pude volver a al aldea excepto cuando se trataba de visitar a mi hijo. Mi hermano tampoco pudo regresar y no exactamente por el Hokage. Minato era una persona exageradamente compasiva. Se trataba de Danzō y su combo. Alegaba que todo aquel que tuviera mi apellido era lo suficientemente peligroso como para pisar la aldea.

¿El problema? 

Misuke Uchiha.

Mi hijo.

En otras palabras, descendiente del clan Uchiha.

Danzō Shimura odiaba a mi hijo tanto como odiaba a mi sangre y, ni siquiera se ocupaba en ocultarlo. Por Dios, era solo un bebé.

Debido a sus insistentes quejas y muestras de recelo, Minato me permitió protegerles tanto a Misuke como a Nori. Él sabía que Danzō podía atacar en cualquier momento si de desaparecer a mi descendencia se trataba.

Yo tenía miedo. Por primera vez, mi existencia no se basaba en una venganza. Al contrario de eso, debía proteger una vida. Tenía que proteger a mi hijo. Debía protegerla a ella, a quien seguía amando profundamente.

— ¿Cómo estás? —le pregunté, acercándome a ella.

— Bien —respondió de inmediato, sin mirarme ni una sola vez. Su semblante era triste, lo cual me preocupó.

— ¿Puedo acercarme?

Asintió y yo me apresuré a sentarme a su lado.

Misuke estaba despierto, por lo que pude admirar sus preciosos ojos azules. Eran incluso más hermosos que los de ella, lo cual resultaba bastante difícil que creer. Su cabello rubio estaba ligeramente peinado hacia un lado y sus mejillas, parecían dos enormes y jugosos tomates maduros. Mi niño era el más hermoso de todos.

— ¿Cómo estás tú? —me preguntó, quitándole al bebé la manta que le cubría. Solo entonces pude notar el emblema de mi clan, en la espalda de su pequeña camisa.

Se inclinó hacia mí y me permitió cargarlo. Mi vida cobraba sentido cada vez que podía tenerlo en mis brazos. Sin embargo...

— Sobre Danzō... —yo cambié el tema. Mi estado anímico no era importante.

— Tengo miedo, Sasuke —soltó aire y se pasó las manos por el cabello. Tenía ojeras.

— Vengan conmigo. Mi hermano y yo los protegeremos.

— Dejar a mi familia no es lo que deseo —se puso de pie y caminó a la ventana, dándome la espalda.

— ¿Cómo crees que me siento yo al irme y dejarlos aquí? —también me puse de pie.

Ella no me respondió.

— No te estoy pidiendo que vuelvas conmigo —me detuve a su lado—. Solo deseo que estén a salvo. Por favor. Ustedes... —ella me interrumpió.

— No me incluyas a mí. Hace bastante tiempo que echaste a la basura mis sentimientos. Enfócate en el bebé, si es que quieres hacer algo.

Ella parecía tan firme.

Sus palabras me dolían, pero las merecía.

Aún así, muy dentro de mí mantenía la esperanza de que ella me perdonaría. En un futuro lejano, quizás...

— Entonces, permíteme proteger a nuestro hijo.

— Lo hablaré con mis padres.

— Déjame acompañarte, por favor.

— Gracias, Sasuke.

Ya no eramos una pareja. Sin embargo, mantener a salvo a nuestro bebé era lo primordial. Mi hijo merecía vivir, no ser juzgado por su apellido y por el pasado de su clan. Y si debía encargarme por mí mismo de la situación, lo haría.

Absolutamente nadie me arrebataría la felicidad.

blühen 𖦹 sasuke uchihaWhere stories live. Discover now