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CAPÍTULO NUEVE

          LA MUERTE SUENA COMO UN PARAÍSO al lado de que esa persona que amas, esté viva y no quiera saber de ti. Sasuke me había abandonado sin decirme ni una sola palabra; sin mirarme. Solo se fue. Podía sobrevivir sin él, claro que sí. Pero, no quería. Yo había estado a su lado toda la vida y él había estado para mí desde que tenía uso de razón.

Me preguntaba qué clase de asqueroso monstruo era yo, por el poder lidiar con el odio de mi hermano mellizo y no con el odio de Sasuke. No, ni siquiera sabía si él me odiaba. Por primera vez en mi vida, lo sentía lejano de mí. Quizá yo debía ordenar mis prioridades. Sin embargo, al hacer eso, posiblemente yo...

No. No podía renunciar a él.

Y allí estaba yo; sintiéndome inútil y miserable. Viendo como pasaban las horas convirtiéndose en días. Tirada en mi cama, preguntándome cómo había permitido que todo se saliera de control. Era mi culpa. Claro que lo era. Lo aceptaba.

A pesar de todo, agradecía que tanto mi padre como mi hermano, no hubieran hecho un escándalo. Fácilmente pudieron utilizar lo sucedido en contra de Sasuke y no lo hicieron. Lo mantuvieron en secreto, excepto por una persona.

Sí, Sakura Haruno.

— Tú conocías lo que yo sentía y sigo sintiendo por Sasuke y aún así... —en su mirada, solo podía reconocer la ira y el odio que ella sentía por mí. Ella no continuó. Vi su intención; su posición corporal se adecuaba para lanzar un golpe contra mi mejilla. Sin embargo, no recibí el impacto. Fue mi madre quien detuvo el puño.

En realidad, yo no pensaba defenderme. No porque le diera la razón, sino porque mi fuerza física se reducía a mi fuera mental.

Si ese día había abandonado mi habitación, se debía a la insistencia de mis padres por ir a comer juntos y pasar un momento en familia. Falso. Solo querían verme comer. Todo parecía ir relativamente bien, incluso Naruto parecía cómodo... hasta que ella llegó y lo estropeó.

— Me agradas —comenzó mi madre. Su voz era firme, para nada dócil—. No obstante, no permitiré que lastimes a ninguno de mis hijos. Te he visto humillar a mi hijo, niña. Estoy llegando a mi límite.

— Pero... —la de cabellos rosados quiso reprochar y mamá no se lo permitió.

— No me importará en absoluto que mi hijo crea que siente algo por ti. Te pondré en tu lugar.

Esa era mi madre defendiendo a sus cachorros, incluyendo al cachorro traidor.

Papá no dijo nada; su mirada hablaba por si sola: estaba triste. Ahora mismo todo estaba tan tenso y yo solo deseaba poder hacer algo por solucionarlo. Deseaba poder retroceder el tiempo y enmendar mis errores.

— Está bien, mamá —dije yo, tragándome el nudo en mi garganta—. Sus palabras son ciertas.

Tanto mamá como papá seguían manteniendo una posición neutral. Mis amorosos padres; esos dos seres humanos que me amaban a pesar de todo, hacían cualquier cosa por regresarnos a la normalidad. Pero, ¿cuál era la normalidad? ¿Cuando yo ocultaba la verdad y vivía con la presión de ser descubierta?

Ahora no culpaba a papá por ocultar la verdad con respecto a la desaparición del clan Uchiha. Después de todo, más allá de ser una información claramente confidencial, trataba de protegernos. 

Sabía que él no haría nada por dañarnos. Jamás.

La vida está hecha de recuerdos, anhelos y errores. Yo solo podía revivir en mi mente una y otra vez cuando todo estaba bien —cuando la verdad seguía oculta—, anhelaba que las cosas no terminaran mal y... suplicaba porque mis errores; los errores que cometí por mis propias decisiones, tuvieran solución.

blühen 𖦹 sasuke uchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora