¿Que tramas? [TERMINADA]

cap 26: Día de clases

- Tienes unas ojeras horribles,¿No pudiste dormir?-toco mi frente con delicadeza Kenya.

- Sueltame-respondí de mal humor, había pasado la noche en vela por los sucesos que habían pasado.

- Oye se como te sientes, pero nosotros no tenemos la culpa, no nos trates asi-dijo Sue mientras caminábamos por los pasillos del instituto.
Si, estaba haciendo lo que Shina me había pedido. Un tic en la ceja continuo apoyaba mi malhumor, mi risa se había esfumado de mis labios.

- Hoy empieza las clases el chico nuevo, Oghami-trató de sacar tema de conversación Kenya mientras sostenía su bolso.

- ¿Kenji?- me detuve.
Reaccione sólo con su apellido.

- Si él mismo, Ah oye ¿Que tal la noche?-preguntó Sue sonriendo.
Un quejido después salió de sus labios al darle un codazo.

- Ay ya entendí...-susurro de forma dramática.

- Baja los humos, no te hace bien a tu salud de jovencita-bromeó un poco mi amigo mientras llegamos frente al laboratorio clínico.
Frente a la puerta de ese salón había una afiche de un encuentro deportivo de Básquetbol, pero al lado de este estaba la persona que debía evitar, con una chica bastante cerca del uno al otro con coquetería, o yo lo veía así.
Apreté los puños tensa.
Era la capitana de las porristas otra vez.
No me di cuenta en que momento me acerqué a ellos, abrazando con un brazo a Kenji por delante.

- ¿Oye y esta?-preguntó esa chica con desprecio.
Él se quedó en silencio, podía sentir las miradas de mis amigos taladrandome.
Lo llevé conmigo corriendo, tomando su brazo, hasta el gimnasio con el ceño fruncido, sin voltear a verle.

- ¡Oye! ¡Uriko que te pasa!-gritaba a mis espaldas.
Al llegar lo empuje a las gradas con la respiración entrecortada, tratando de calmarme, aún tenía esa horrible sensación que maltraba mi corazón palpitante.

- Tú...-le indique con el dedo índice agitada, para luego bajar los brazos sosteniendo la mirada. Él se acomodó en las gradas con incomodidad para luego verme de soslayo.

- ¿Acaso no puedo tener privacidad con alguien de mi sexo opuesto? ¿Qué no seas tú?-.
Un dolor se instaló en mi pecho con más profundidad dándole la espalda tratando de regular aún la respiración.

- Cierto, no se porque tengo que meterme en asuntos que no son míos, así que supongo "lo siento"-respondí de tono neutro.
Las cosas que últimamente habían pasado me tenían con las emociones de punta.

- Ah y lo otro, me alegro que estés bien-susurró.

- Yo también -contesté de forma seca, tratando de conservar mi dignidad.
Al no escuchar respuesta alguna, empecé a caminar a la salida con pasos firmes tratando de controlar las urgidas ganas de llorar que suplicaba el órgano vital.

- No sé a qué juegas-susurre viendole de reojo.- por lo cual, te evitaré por tu bien y el mío-dicho esto salí corriendo de allí lo que me permitían mis piernas.

- ¡Uriko!-

Perdí la noción del tiempo mientras caminaba por los solitarios pasillos del instituto en la hora de clase, hasta llegar al baño de mujeres. Me adentré con poca fuerza de voluntad, colocando las manos en el lavamanos viendo mi reflejo en el espejo.

- Que idiota fui...-me recriminé mentalmente arreglando algo mi aspecto.
En un suspiro cerré la puerta, abrazando mís rodillas viendo el techo blanco del servicio. Olas de vergüenza y timidez me agobiaron sin poder evitarlo ocultando mi rostro entre mis brazos.
Fui toda una tonta ilusa.
Los bloques siguientes pasaron volando, gracias a Sue ya que Kenya hace otro curso distinto a nosotras, después del horario de colación sería el partido de básquet, al parecer todo había recobrado la calma después del incidente, o eso reflejaba, o fuera una ilusión de Nokra.
Acompañe a Sue a comprar unos refrescos para el partido, en una esquina logré divisarlo, pero más que nunca debo de ignorarlo, por más cicatrices que tengan mi corazón al hacerlo, él en cambio se limitó a observarme caminando a otra dirección.
Al volver las gradas estaban repletas de los estudiantes del lugar, mientras nos ubicabamos en algún sitio.