CAPÍTULO 11

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¡Disfrutad del capítulo!

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CAPÍTULO 11

Retiro mis mangas con cuidado de no mojar mis vendajes y me lavo. Por suerte he tenido mucha precaución y Andy todavía no se ha dado cuenta. Me quedo mirando mi rostro en el espejo y mis ojos están rojos debido al esfuerzo. Mojo mi cara y me seco con cuidado. Levanto la mirada de nuevo y me veo. Al hacerlo, no puedo evitar sentir asco. Odio mi aspecto ¿Por qué me tuvo que tocar esto a mí?

A veces, cuando no me queda más remedio que caminar por la calle para ir a algún lugar, fantaseo con que tengo el cabello, las cejas y las pestañas normales. Me ayuda a sentirme mejor mientras no paso cerca de ventanas o escaparates, porque cuando lo hago, todo vuelve a la realidad. Pierdo esa falsa seguridad deprimiéndome al instante y lo único que quiero es esconderme.

-¿Vane? - Andy golpea la puerta - ¿Todo bien?

-Claro - Digo mientras la abro fingiendo una sonrisa.

-¿Has llorado?

-No ¿Por qué dices eso? - Algo está notando.

-Tus ojos. Están vidriosos.

-¡Aaah! No te preocupes. Al lavar mis manos me saltó jabón - Vuelvo a sonreír para quitarle importancia.

-¿Te molesta mucho? Eso escuece una barbaridad - Se acerca a mí para verme mejor.

-No, tranquilo. Los aclaré y ya. - Me aparto con disimulo.

-Mejor así - Arruga su frente y me observa haciéndome sentir incómoda. Temo que descubra algo que no quiero. - Oye Vane - me tenso - Tengo que irme ya. Estas costuras no se cosen solas y quiero tenerlo todo perfecto para mañana. - Respiro aliviada mientras recoge el vestido, lo dobla y lo mete en la bolsa. - ¿A qué hora paso a por ti? Empieza a las doce del mediodía pero quiero estar antes.

-Umm... ¿Sobre las diez te viene bien?. Así nos da tiempo de sobra a prepararnos.

-¡Perfecto!. A ver si con suerte veo a mi crush antes de que todas las pelandruscas de la ciudad se le echen encima. ¡Las muy perras olfatean su dinero a kilómetros!

-¿Y tú? - río.

-Yo solo le olfateo a él, querida. Se pueden quedar con todo lo que tiene, pero a mi Gio que no lo toquen.

-¿Gio? ¿Qué confianzas son esas? - bromeo - como te oyera tu chico...

-Está harto de oírmelo, cari - ríe conmigo - pero sabe que puede estar tranquilo. Es demasiado heterosexual como para fijarse en alguien como yo -. Finge un puchero - Debería ponerme yo ese vestido. Quizás con una peluca rubia no se de cuenta...

-Por mí no hay problema - carcajeo imaginando como se vería en tacones.

-Tengo demasiado estilo, reina - echa su mano hacia atrás y mueve la cadera- no quiero eclipsar a nadie - Da una vuelta sobre sí mismo - Soy per-fec-to -. Me lanza un beso - PER- FEC- TO -repite remarcando las sílabas - Me voy, chata. ¡Nos vemos mañana!

-Aquí te espero - Digo mientras abre la puerta y se marcha.

Cuando la cierra, me quedo mirándo al vacío durante varios segundos. Mi cerebro está agotado y ya no puede con tanta presión. El día ha sido demasiado para mí. Camino hasta el sofá y me siento sobre él exhausta. Exhalo sonoramente y cierro mis ojos para liberar tensión. Aunque no le veo, noto como Copo de un salto se sube conmigo. Apoya su cabecita en mi pierna buscando mimos y le doy lo que quiere. Su ronroneo me relaja y tras darle varias vueltas a todo, me quedo dormida.

Absolutamente única (A la venta en plataformas digitales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora