Parte 3 [Heechul]

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Me desperté con un horrible dolor de cabeza y el estómago revuelto, maldita resaca. Sentí unos cabellos hacer cosquillas en mi cuello, pero no podía recordar haberme ido con alguien, hace mucho no lo hacía. Pude reconocer mis sabanas, mi cama... esta era mi habitación.

¡Demonios! ¿Y si Hyuk ve esto?

Esa persona giró y vi su cara, era mi esposo, suspiré aliviado. Estaba profundamente dormido, se veía tan tranquilo, hace tanto no lo observaba de cerca, nunca lo dejaba acercarse para dormir a mi lado. Miré su perfil, sus labios.

Acomodé su cabello y me sentí un idiota al recién ahora notar que había dejado de teñirlo, ahora era azabache, igual que el mío. Delineé sus mejillas con un dedo suavemente, cosa que no hacía desde ese tiempo en el que recién empezábamos a salir y me obligaba a mi mismo a ser atento con él.  

Con cuidado de no despertarlo me levanté, jurándome en vano que nunca más tomaría tanto alcohol, y me dirigí a la sala, echándome en el sillón.

Anoche... recuerdo haber estado tomando, pedirle al barman cualquier cosa, lo más fuerte que tuviera, y demonios que me volteó.

"-Nadie me espera en casa, podríamos irnos juntos si quieres- Me dijo una muchacha bastante joven mientras me guiñaba un ojo.

-Lo siento, yo si tengo a una persona así- dije por primera vez en mi vida, poniéndolo a él antes que cualquier revolcón. Me miró con cara de desagrado, se levantó y se fue.

Tengo una persona así, y la he tenido por más de dos años, pero... ¿Y si no esta hoy esperándome? El martes no apareció en toda la noche, el viernes anterior tampoco y varias veces antes igual... ¿Será que él ya no espera por mi?

-Oye Hee ¿Qué te pasa?- interrumpió mis pensamientos Kangin- La chica con la que estabas hablando me dijo que la rechazaste, que tienes a alguien ¿Es cierto que le dijiste eso? ¿Desde cuándo te importa Eunhyuk?-

-¡Que no me importa! ¿Podrías dejar de meterte en mi vida? ¡Me largo!- le grité encontrando la excusa perfecta. Tenía que llegar a casa, tenía que asegurarme de que él estuviera allí.

Él... no puede dejarme."

Los pensamientos de la noche anterior vinieron a mi mente, que ridículo. Él no va a dejarme, me ama, me lo dijo.

-Buen día, amor- escuché que me decía bajando las escaleras. Siempre usaba esos apodos estúpidos.

-¿Puedes hacer silencio? Me duele la cabeza.- dije cortante.

-¿Quieres algo de desayunar?- dijo ahora en un tono mucho más bajo, pero aún así audible.

-¿No lo entiendes? ¡Cállate de una puta vez!- le grité haciendo que mi propia cabeza retumbara. Se congeló en el lugar y bajó la cabeza. No se qué habrá pasado exactamente anoche, pero nada en el mundo le habría podido dar las esperanzas de que le contestara bien, ya debería haberse acostumbrado.

-Lo... lo siento... yo-

-¡Que te calles!- lo interrumpí. Me levanté bruscamente, agarré mis llaves y salí de nuestra casa pegando un portazo.

Una vez dentro del auto golpeé el volante frustrado. Me sentí extraño, me molestaba que me diera tanta culpa verlo en ese estado, tan preocupado por que yo no me enoje o me vaya. Porque cada vez que me enojaba y me iba, al volver me estaba esperando llorando y rogando que me quedara, que todo había sido su culpa y que no me fuera porque me amaba. Siempre era así, y hoy obviamente no sería la excepción.

Manejé como un imbécil sin rumbo alguno hasta que llegué a algún lugar alejado del centro de la ciudad, ya estaba hambriento así que bajé en un café.

El lugar por dentro era hermoso, en su estilo rústico, tenia una zona donde almorzar, y otra donde beber cafés, todo rodeado por unas hermosas estanterías colmadas en libros, los cuales podías agarrar libremente con la condición de que los devolvieras en su estado a su lugar. Jamás en mi vida me había detenido a mirar este lugar.

Sin darme cuenta del transcurso del tiempo, estuve dentro de ese lugar "leyendo" hasta que el sol estuvo a punto de esconderse. Y digo "leyendo" porque mis ojos miraban las palabras pero mi cabeza solo pensaba en Hyuk. En su sonrisa cuando me dio los buenos días, esa sonrisa de encías, en lo bien que se veía con su pijama y su cabello alborotado, en lo extraño que me sentí esa mañana al verlo entre mis brazos.

No es que nunca me haya fijado en él, obviamente lo primero que vi fue la cantidad de dinero en sus cuentas bancarias, pero el hecho de que fuera hermoso... era una especie de plus a este matrimonio. Aún así, la mejor parte de todo era que él me amara, hiciera lo que hiciera. Me amaba tanto que no importa con cuantas personas lo haya engañado o que tan mal lo haya tratado, él siempre me iba a esperar con los brazos abiertos.

Aceleré mientras manejaba hacia nuestra casa, me lo imaginé ahí, en el sillón del salón llorando, mirando la puerta y esperando a que yo la atraviese, como siempre.

Antes de ingresar me detuve para poner mi mejor cara seria, acomodé un poco mi cabello y entré. La casa estaba a oscuras y no se escuchaba más que una música a lo lejos, no habían sollozos ni disculpas irrumpiendo en la tranquilidad. Fui siguiendo el sonido de la música, intentando no chocar con nada, guiándome por una leve luz que provenía de la biblioteca de casa.

El suave piano que se escuchaba era triste, melancólico y casi sentí pena por imaginarme a Hyukjae llorando acompañado de esa música, pero no fue así. Nadie se encontraba en ese lugar, ni en ningún otro rincón de la casa.

Es que acaso... ¿Ya no esperas por mí? 

Ahora que estás aquí  [HeeHyuk/EunChul]Where stories live. Discover now