Ahora que estás aquí [HeeHyuk/EunChul]

Parte 2 [EunHyuk]

Así tirado en el piso delante del inodoro como estaba, me arrastré lentamente hacia mi celular y observé la hora, cuatro de la madrugada. Tenía dos horas mínimo hasta que Heechul volviera, si es que volvía. Me levanté lentamente pero una nueva arcada hizo que arrimara mi cara al inodoro. El ardor que provocaba la bilis mientras pasaba por mi garganta ni siquiera se comparaba con el dolor de mi estómago que se retorcía con fuerza intentando expulsar hasta la más mínima gota de contenido dentro.

Otra vez me había pasado la noche entera vomitando. Dos meses esta situación repitiéndose y por suerte (o tal vez no) Heechul no se había enterado. Ahora si, sintiéndome definitivamente menos mareado, me enjuagué la cara limpiando un par de lágrimas rebeldes que sin mi consentimiento habían escapado, lavé mis dientes y me propuse ir a dormir.

-¡Oh! Aquí estas...- Dijo una voz saliendo desde la oscuridad de mi habitación sorprendiéndome. Hice varios pasos para atrás y mi espalda chocó con la pared del pasillo.

-Hee... ¿Cuándo llegaste?- pregunté escaneándolo rápidamente de arriba abajo. Era evidente que estaba ebrio, muy ebrio.

-Aquí estas...- Dijo en voz baja alcanzando con su mano mi rostro y acariciándolo. Sentí mi corazón latir desesperado por este simple contacto y me odié. Me odié por amarlo tanto.- Hyukkie.... Aquí estas- Mis piernas temblaron, mi corazón se estrujó con ese apodo. Tanto tiempo sin escucharlo, tanto tiempo desde la ultima vez que me dedicó una mirada cariñosa como la que me ofrecía ahora, que quise llorar de toda esta soledad contenida. Mis ojos viajaron a su cuello, no había ningún chupón, ningún perfume diferente, y estúpidamente me alegré.

-Hee...- susurré. Apoyé ambas manos en sus caderas, su aliento se mezclaba con el mío ¿Acaso era un sueño esto? Sentí sus brazos rodear mi cuello y abrazarme fuertemente, apretándome contra él.- ¿E-estás bien? ¿Está todo bien?- asintió con la cabeza y un leve "mhm" salió de su garganta.

-Si... porque estas aquí- Dijo ahora mirándome a los ojos con una sonrisa en sus hermosos labios. Imité su sonrisa y mis ojos se aguaron en cuanto nuestras bocas se encontraron. Se sentía tan mágico como la primera vez, tan hermoso, delicado y a la vez explosivo ¿Hace cuánto no me besaba así? ¿Hace cuánto no me besaba, por dios? Las lágrimas cayeron libremente por mis mejillas.

-¿Vamos a dormir? Tengo sueño.- dijo con un poco de dificultad al rato, habiéndonos separado y con su frente apoyada sobre la mía. Asentí sonriendo.- Guíame...- Con un puchero me abrazó y enterró su cara en mi cuello. Una liberadora carcajada salió de mi garganta acompañando mis lágrimas, causando que él se estrujara más contra mi cuerpo.

Y ahí estábamos, ambos en nuestra cama, lo tenía abrazándome posesivamente ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso... se había enterado? No, no era posible... aparte, no creí que le importaría siquiera ¿No era mejor para él?