Cap. 14

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No somos sus enemigas... Tratamos de proteger a la futura reencarnación de la Diosa Hera-explica tranquilamente Artemisa.

Esto no puede decirselo por nada del mundo a ___-advierte Démeter

Está bien. Pero tengo una pregunta... ¿Qué propósito tiene Hera con ___?-pregunta curioso el maestro.

No lo sabemos. Sólo se que no es algo muy bonito para recordar-dice Artemisa.

Nos veremos otro día... Maestro...-se despide Démeter para desvanecerse junto con la otra Diosa.

En un resplandor ambas diosas se fueron para no ser vistas, al menos no por otro humano. El maestro todavía sorprendido se puso a pensar... ___ necesitaba despejar un poco su mente. Con la amenaza de Hera lo mejor sería que pasará un tiempo con su familia. En este caso los caballeros dorados, a los cuales ella consideraba más como una familia. 

Cayó en cuenta de que el primer año ya había pasado. Con razón dicen que el tiempo pasa volando. ¿Qué mejor oportunidad? Lo mejor sería que fuera a Grecia otra vez. Poco a poco ___ fue despertando de sueño en el que se encontraba.

-___, te tengo noticias-anunció el maestro.

-¿Cuales maestro?-pregunta curiosa nuestra preciosa protagonista.

-No puedo entrenarte más. Lo mejor será que regreses a Grecia. Ellos son más capacitados para entrenarte. Ahora que sabemos lo de las diosas en tu mente, ellos te ayudarán más-dice algo triste. Se encariñó demasiado con su alumna, ahora la veía como a una hija que se iría de su hogar.

-No entiendo maestro. ¿He hecho algo mal? Dígame y lo corregiré-suplicó la niña. La idea de volver a Grecia era magnífica, volver a ver a sus queridos caballeros dorados y a sus amigos. Sin embargo... Dejar los cinco antiguos picos era algo que no le apetecía.

-No has hecho nada malo, ___. Tu y los chicos son los mejores alumnos que he tenido. Pero, dos diosas es algo que un anciano como yo no puede manejar-dice muy apenado-Ve a empacar, pequeña-dice y ella asiente aún confundida.

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Era el día de volver a Grecia. ___ no quería irse, pero sabiendo que Artemisa y Démeter podían perder la cordura en cualquier momento, no puso objeción.

-Adiós Shiryu-dijo abrazando al pelinegro con unas cuantas lágrimas. El correspondía el gesto igual de fuerte que ella.

-Adiós ___. Mucha suerte en Grecia y no te olvides de visitarnos de vez en cuando-susurró al oído de su amiga.

Al separarse del abrazo, ___ pudo notar que su compañero tenía lágrimas en sus ojos. Ella también se encontraba en ese punto. Sin embargo, cierta jovencita (cofcofShunreicofcof) los veía con rabia desbordando por todos sus poros.

-Bueno ___ te extrañaremos. Que te vaya muy bien-se despidió Shunrei con un rápido abrazo y un notorio tono de enojo.

-También te voy a extrañar Shunrei-se despidió ___ sin importarle el tono de su "amiga". Miró a sus espaldas y encontró a sus compañeros Okho y Genbu-No crean que me olvidé de ustedes, par de locos-dijo un poquito triste de dejar a sus amigos.

Ellos la abrazaron y, después de intercambiar algunas palabras de despedida, era el momento para ___ de partir. El viejo maestro no se encontraba presente en la despedida de su alumna y nadie sabía el por qué. Esta vez la telequinesia sería su medio de transporte. 

Cerró sus ojos, y al momento de abrirlos, se encontraba en su amada Grecia. Empezó a subir las escaleras del santuario hasta llegar a la casa de Aries.

Los caballeros del zodiaco (y tú) PAUSADAWhere stories live. Discover now