Cap. 11

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Hoy es mi cumple. Por eso les traigo el nuevo capítulo.

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Narro yo

-Yo...-empezó a decir dudosa ___.

-No lo haré-interrumpe el futuro caballero.

-No te pregunte a ti, Shyriu. Le pregunté a ___-reprendió Dohko a su alumno.

-Lo haré con gusto- soltó ___ sin rodeos

-No puedes estar hablando en serio-exclamo  Shyriu indignado.

-Si así consigo que me entrene el maestro Dohko, lo haré con gusto-dijo muy seria nuestra protagonista.

-Bien. Empiecen a luchar-decreto el hombre.

Narra ___.

Deja yo me encargo de esto-escucho decir a Artemisa

¿Quién me asegura que no le harás daño?-le digo en mi cabeza

Tranquila ___. No le haremos nada malo. Solo vamos a hacer que se desmalle con la fuerza de nuestro cosmo-explica Démeter

OK. Confío en ustedes-dijo dejando mi mente y mi cuerpo a su merced.

Fin Narración.

Narro yo.

___ cerró sus ojos para luego volver a abrirlos. Esta vez parecían tener heterocromía. Uno de ellos era rojo y el otro era verde. Ambos chicos estaban listos para atacar. Se desató una feroz batalla. Era algo muy reñido. Mientras más se esforzaba Shyriu, más ventaja iba ganando ___.

Hubo un momento en el que los cosmos de las dos diosas fueron visibles para Dohko. 

-Paren-exigió el maestro

-¿Qué pasa maestro?-inquirió Shunrei.

-___ ven aquí-soltó el maestro viendo fijamente a la niña.

___ se acercó muy nerviosa. Por un momento pensó que la rechazaría. Que tendría que volver a la fundación. 

-Empiezas mañana a primera hora-dijo para luego irse.

-Felicidades ___-dijo Shyriu acercándose a felicitar a su nueva condiscípula. Al igual que el anterior, Shunrei también se acercó a felicitarla.

Varios días después.

El entrenamiento iba de maravilla. A ___ no se le dificultó mucho trabajar el su cosmo. Lo que sí le costo fue aprender más el combate cuerpo a cuerpo. 

Ya había llegado el día en el que por fin el día en el que volvería a ver a su hermano y a sus amigos. Tendría que quedarse todo el día en el santuario y volver al día siguiente pero algo es algo peor es nada.

Justo cuando el reloj marcó las doce de la noche un polvo dorado la envolvió para llevarla al santuario. La telequinesia funcionaba.

Cerró sus ojos y cuando los abrió se encontró en la entrada de la casa de Aries.

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Lo sé corto pero no tuve tiempo. Por suerte ya se arreglaron los problemas en mi casita. Mañana ya publico otro capítulo.


Los caballeros del zodiaco (y tú) PAUSADAWhere stories live. Discover now