Capítulo: 32

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—Leyla, tu... Padre—dijo mi mamá nerviosa. Al escuchar la palabra "padre" rodé mis ojos—se... Se quedará a vivir con nosotros—la miré atónita, me levante de golpe provocando que se sobresalte.

—¡¡¿QUE?!! ¡No mamá! Me niego, él no puede quedarse aquí. Después de todo lo que nos hizo. NO. Me. Niego—dije recalcando cada palabra. Estaba al borde de las lágrimas.

—solo serán dos semanas, por favor hija, esto es serio—tomó mis manos obligándome a sentarme de nuevo—si no dejas que se quede, te hará daño—dijo segura de sus palabras.

—él no mata ni una p....—me callé porque no me gusta hablar así delante de mi mamá— una maldita mosca—corregí.

—puede que él no, pero su gente sí—me miró a los ojos, era como sí me estuviera suplicando con la mirada—por favor. No quiero que nada te pase. Además, dos semanas se las lleva el viento.

—está bien—dije rendida y la abracé—nadie nos hará daño ¿ok? —ella asintió con su cabeza y se separó de mí.

—voy...voy a mi habitación—una vez se retiró tomé mí celular y marqué el número de Leo, le pedí que viniera porque lo necesitaba, cuando llego le conté todo.

—Perdón por llamarte de nuevo, espero no te canses porque realmente la estoy pasando mal— dije con voz suave, apenas podían salir las palabras de mi boca.

—ven... Ven aquí nena—me atrajo a sus brazos y me abrazó fuertemente—tranquila, todo estará bien—puso una mano en mí cabeza y acarició mi cabello suavemente—vendré por ti en las mañanas y como todos los días te traeré de vuelta, y me quedare sí es necesario ¿ok? —eso me calmó bastante, no lo quería lejos de mí nunca.

—no es necesario...en serio—sé que este tema lo incomoda y no quiero que este así—aunque me duela mucho, ya es hora de que te vayas, mañana hay clases, a mí me toca con Magaly, ya se está haciendo tarde y no quiero que te pase nada, mañana nos vemos—le dije sonriendo, el me hace tan feliz. Con solo su presencia mis días se alegran.

—de acuerdo, nos vemos—me abrazó nuevamente—te amo, nunca lo olvides ¿sí? —dicho esto me dio un beso en los labios, puse mis manos en su cuello y el en mi cintura apegando más nuestros cuerpos.

—demostraciones no en la casa ¿escuchaste O' sean? —Leo abrió los ojos de par en par y se separó de mí, miró a mi hermano y después a mí.

—hasta mañana Leyla—me guiño el ojo, le sonreí, salió de mi habitación casi corriendo.

Le di una mala mirada a mi hermano, él solo rodo los ojos y se fue. Quedé sola en mi habitación, las ganas de golpear todo volvieron a mí, ¿cómo es posible que haya amenazado a mí madre con hacernos daño? Después de todo el daño que ya nos hizo psicológicamente, viene ahora a amenazar a mi madre con hacernos daño físicamente. ¿Qué mierda tiene en la cabeza? Esto no se quedará así. Si en estas dos semanas intenta hacernos algo, no me dará miedo golpearlo con lo primero que este a mí alcance.

Amor De Secundaria. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora