Capítulo: 25

276 25 18
                                    

—Que maldito. Él no debería llamarte hija después de todo lo que te hizo.

—sí, lo sé—tragué el nudo de mí garganta—pero eso pasó hace 10 años y no podemos cambiar el pasado—dije tratando de mostrar una sonrisa, pero me salió una mueca, lo cual provocó que se ría levemente.

—tú siempre viendo el lado bueno a todo—dijo mientras se recostaba a mí lado en la cama.

Nos miramos a los ojos un rato hasta que baje mí mirada a sus labios y él a los míos. Nos acercamos y no dimos un beso tierno que se intensificó cuando su lengua entro en mi cavidad bucal sin problemas, jugaba con la mía como un experto. Sus labios estaban dulces debido a la gaseosa que tomamos.

De un momento a otro estaba encima mío, sin separarnos. El calor estaba que mataba y eso que ya era de noche. Jugaba con el cabello de su nuca y él metió su mano debajo de mí blusa acariciando mí espalda. ¿Nos separamos? Para nada. Pero tuvimos que hacerlo por falta de aire.

—¡¡ay por dios leyo!! ¡Fer ven a ver esto!! Por dios mujer espera si quiera a los 18—dijo Ariane mirándonos desde la puerta de mi habitación.

—¿cómo entraste si estaba con llave? —dije mientras me separaba de Leo lentamente.

—o sea que... ¿ya lo tenías planeado?

—Uy ¡¡Se puso roja!!—Fer comenzó a gritar como loca.

—¡leyo, leyo, leyo! —dijeron al unísono. Vi como leo se sentaba en la cama. Me tomó de la cintura y me coloco en su regazo.

—¡beso, beso, beso!

—dale un besito— dijeron con voz aguda haciendo que rían a carcajadas.

—Hagamos lo que el público desea—me tomó del cuello y me besó como solo él sabe hacer.

Narra Leonardo

No puedo creer lo que casi sucede hoy, realmente no sé si ese era el momento adecuado, sí quería hacerlo con ella, pero quiero que sea algo más especial, no cuando ella esté sufriendo por el gran problema que acababa de tener, por suerte llegaron las chicas porque yo no hubiera podido detener la situación.

La imagen de Leyla, sus labios sobre mí boca, su dulce aliento mezclado con el mío, es la única imagen que persiste en mi mente. Mientras me quedo dormido su rostro angelical es lo único que me relaja.

Ya ha pasado una semana desde que Leyla y yo somos novios. No quiero sonar cursi o cliché, pero la necesito a mí lado, aquí conmigo. Cuando nos vemos en la entrada, receso y salida simplemente no puedo soltar su mano. Hoy era viernes en la tarde así que invite a Diego a jugar videojuegos y a platicar.

—hasta que llegas—dije mientras dejaba entrar a Diego.

—disculpa... Tenia... Un problemita—dice mirándome.

Diego era un chico misterioso que a simple vista parecía malo, pero cuando lo conoces es una gran persona, pero está metido en algo que solo yo sé, él es el mayor de nuestro grupo. Tiene 17 años, casi 18.

—bueno ¿quieres jugar? O mejor dicho... ¿Quieres que te de una paliza? —propuse

—ok ¿pido pizza? Ese será tu premio de consolación después de perder de la peor manera.

—por supuesto que la pizza será mi premio, pero premio de campeones—y así nos pasamos la tarde, jugando todo tipo de videojuegos y comiendo pizza.

Horas más tarde llamé a Leyla. Aún no sé qué regalarle creo que mañana llamare a Fer o a una de las chicas para que me ayuden.


Al final terminé llamando a Ari y a Fer para que me ayudaran y como Leyla es fan de the walking dead y de Shawn Mendes, decidí una polera de Shawn Mendes y un ramo de rosas, ya sé que es cliché, pero no sé...

Narra Leyla

Hoy era domingo, mi... ¿semanasario? «así le diré ahora» con Leo y no sabía que regalarle, así que decidí llamar a Diego para que me ayudara, nos decimos que le haría un pastel de chocolate y un álbum de fotos de nosotros. Leo me invito al cine, lo cual fue un gran sacrificio, ya que fue a recogerme a mi casa, tuvo que pasar por la prueba de mis 2 hermanos que son muy sobreprotectores.

Por suerte terminaron aceptando, lo que más le ayudó a Leo fue la anécdota de cómo me defendió con Cahil, confiaron en él y aceptaron, mi madre también aceptó, pero con la condición de que llegue temprano a mi casa.

En este momento estábamos saliendo del cine, estábamos bastantes contentos porque la película que vimos nos gustó, compramos comida... en pocas palabras era un día muy bonito, hasta que vimos a unos hombres con mala pinta y...

—vámonos—dijo Leo serio sacándome de mis pensamientos. Tomó mi mano y entrelazo nuestros dedos.

—pero ¿por qué...?

—por favor vámonos, Leyla—me interrumpió y me miró con ojos suplicantes—esos tipos, son peligrosos—los apunto con la barbilla sobre mi hombro—buscan a Diego, vámonos—dijo y ya no le reclamé, nos subimos al primer bus que vimos, no nos separamos por ningún motivo.

Sabía que Diego ocultaba algo, pero nunca pensé que fuera tan grave como para que esos tipos lo estén buscando.

Amor De Secundaria. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora