Capítulo: 18

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Narra Leonardo.

Estaba tranquilo viendo televisión, pero a las 15:26PM. me llama Diego.

Llamada.

—hola Diego ¿Cómo te fue?

—bien, un par de balazos nada más.

—¿Te llegó alguno?

—sí. A mi brazo y a mi pierna. Ahora estoy saliendo del hospital estoy de ida a mi casa. Ya estoy bien no te preocupes.

—¿Seguro que estas bien?

—sí. Bueno, me duele la parte de los balazos y mi costilla, pero nada más.

—Diego. ¿Por qué no sales del narcotráfico?

_ya te dije que no. Adiós. Hablamos en otro momento porque ahora mismo me muero de sueño.

—ok. Adiós.

Llamada finalizada

Hoy era sábado así que tenía todo el día para hacer lo que quiera...Y lo que quiero es hablar con Leyla. Quiero charlar con ella. Sinceramente no sé cuánto más aguantare sin que sea mi novia. Sin sentir sus labios...

¿Hola? —me olvidé que llamé por pensar en ella.

—ho-hola Leyla...

—¿Estas bien Leo?

—sí. Solo que estaba... preocupado.

—¿De qué?

—por ti.

—¿De qué hablas? Yo estoy bien.

—me refiero a tu golpe. ¿Te sigue doliendo?

«no mira, es Superman y nada le duele» pensé.

—sí, pero menos. Lo peor es que se hizo morado.

—¿No te dijo nada tu mamá?

le dije la verdad. Ahora eres un héroe en mi casa—ríe

—¡Hey! No te rías de súper Leo—me uní a la risa.

Luego de eso nos reímos de cualquier cosa sin sentido que se nos venía a la cabeza, nos contamos anécdotas familiares, cosas que queríamos hacer cuando acabemos el colegio, cuando nos juntaríamos y demás cosas. Sinceramente, me encanta hablar con ella, es chistosa, atenta, me encanta escuchar su risa, su sarcasmo, su tono de ofendida... todo. Me encanta absolutamente todo de ella. Es... es simplemente perfecta. Su forma de ser, su cuerpo, su cabello, sus ojos. Esos ojos cafés con un brillo que hacen que me pierda en ellos y que me estremezca por completo, su sonrisa, sus labios, su nariz, su...

—¿Leo? ¿Estás ahí? —mierda, no colgué.

—s-sí. Perdón m-me estaba... durmiendo—debería ganar un Óscar por ser tan mentiroso.

—El bebé tiene sueño.

—chi un poquito—digo con voz de bebé.

—vaya a dormir bebé. Hablamos mañana. Adiós.

—Nos vemos... que descanses.

Llamada finalizada

No pude cerrar los ojos esta noche «vaya a dormir bebé». Esa frase vagaba en mi cabeza. Sé que lo dijo bromeando, pero... lo dijo tan dulce que no me dejó dormir. Ya parezco perro con pulgas en mi cama. No paro de moverme por esa frase. ¿Por qué es tan perfecta? Miré mi reloj y eran las 03:45 por suerte mañana es domingo. No tendré que estar como muerto en el colegio solo en mi casa, pero puedo dormir hasta tarde. Son las 04:54 y ya me agarró el sueño, espero poder soñar con Leyla... De un momento a otro caigo en un profundo sueño.

Amor De Secundaria. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora