La Misión

Estoy harto

—Uzumaki-senpai ¿quiere ser mi novio?

Soltó un suspiro. Allí estaba el 6to del día —Lo siento, tengo novio.

—Senpai...

—Un día encontrara la mujer o doncel perfecto para Kirishima-san. Nos vemos, y suerte en los exámenes.

Se alejó lentamente. Llevaba dos semanas en situación. Desde que había cambiado de look era lo mismo.

Te miras precioso. No tienes que cambiar nada de ti.

Se sonrojó al recordar las palabras de Sasuke... O más bien la situación comprometedora.

—Hey. Tú. Muerto de hambre.

¿Otra vez?  No se detuvo. Ya conocía la rutina: Haruno lo insultaba, lo dejaba en ridículo y luego se marchaba triunfante. Siempre lo hacía en la cafetería. Justo antes de que Sasuke regresará de dar asesoría.

—Te estoy hablando.

Frunció el ceño al sentir el dolor en el brazo.

—Maldito muerto de hambre. A mí escuchas.

Por primera vez golpeó la mano de la ojo verde, dejando impactados a todos —Lo único que escucho son los gritos de una mal educada.

—¿Qué has dicho muerto de hambre?

—¿A caso eres sorda, señorita mi frente es más grande que mi cuerpo?— dijo con el ceño fruncido. Ya estaba harto de ella y sus seguidoras.

Naruto no fue consciente de las risas. Ni de que Sasuke, Itachi y Deidara habían llegado justo en el momento que Haruno le había lastimado el brazo.

—¿Qué dijiste?

——¿A caso eres sorda, señorita mi frente es más grande que mi cuerpo?— volvió a repetir.

—Maldito, muerto de hambre.  ¿Cómo te atreves?

—No ¿ Cómo tú te atreves  a llamarme muerto de hambre? Gracias a Dios tengo un trabajo y ganó mi propio dinero.  Estoy cansado de ti. Desde el primer día que te conocí ví como MI NOVIO huía de  tí, de tu acoso ¿A caso no tienes dignidad? Pareces una perra en celo. Que me disculpen las perras por rebajarlas a tu nivel, Haruno.  He aguantado tu acoso para no hacer un escándalo o algo. Pero al demonio con todo, estoy harto.

—Maldito— se lanzó sobre el rubio.

Frunció el ceño y sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas  al sentir la fuerte bofetada.  No lo pensó dos veces y le devolvió la bofetada —¡No me vuelvas a tocar!

Se iba a lanzar sobre el rubio cuando sintió que la empujaron. Término chocado contra uno de los expectadores que tenía su bandeja llena de comida...

—No vuelvas a poner una mano sobre mi hermano— gritó  Deidara. Estaba enojado. Muy enojado.

Todo mundo sabía que nadie debería hacerlo enojar.

La palabra hermano comenzó a tomar más fuerza.

Sasuke abrazó a su novio al verlo al borde de las lágrimas.

Itachi sostuvo de la cintura a Deidara para que no hiciera alguna  tontería.

—¿Hermano?— fue lo único que pudo decir Sakura. Su hermana la ayudó a levantarse y le intentaba quitar la comida.

—Escúchame, perra. Esto no se quedará así. Acabaré a tu familia. Nadie insulta a un Namikaze. Nadie.

—Tranquilizate, Dei.

—Y, tú— miró a Konan —¿Creías que no me iba a enterar de que querías obligar a Itachi a que se casará contigo? Eres igual de zorra que ella.

—¿Qué esta pasando aquí?

—O-Orochimaru-sensei.

—A mi oficina: Hermanas Haruno. Hermanos Namikaze y Uchiha.