La Misión

Reunión

—Sasuke. Naruto. Bienvenidos— saludó Mikoto.

—Mamá/ Mikoto-san... ¿Qué es esto?

—Están arreglando para la reunión.

—Etto— miró a la pelinegra —¿Cuántas personas vienen?

—Haber... 6 o 7.

—Mamá.  Esto es exagerado.

—Se lo dije a tú madre— sonrió. Sabía que su esposa se le había pasado la mano.

—Padre. Bienvenido.

—Gracias — miró al acompañante... —. Mikoto tenía razón. Usted es muy bello jovencito. Fugaku Uchiha, padre de Sasuke.

—M-Mucho gusto. Naruto Uzumaki. 

—Bienvenido a la familia. Mikoto ya me puso al tanto de su noviazgo.

—G-Gracias.

—Sasuke. Lleva a Naruto a un lugar tranquilo. Esto tardará un poco.

—Si.

—Cariño, deje tu ropa lista. Tus hermanos se están duchando.

—Imagino que Itachi tardará horas.

Fugaku y Mikoto rieron. Era verdad. Itachi ya llevaba su tiempo en el baño.

—Vamos, Naru.

—Permiso.

—Naruto— el rubio se detuvo —¿Quieres verlo antes o después de la cena?

—Creo que después de la cena. Si no son no me gustaría arruinar su reunión.

—Biem

—Vamos. Naruto.

El rubio siguió a su novio. Llegaron a la habitación del azabache.

—Es bastante grande— dijo admirando en lugar.

—Si. Bastante para mí gusto, pero es lo que hay.

Naruto rió. Había notado que  su novio le incomodaban los grandes lujos que tenía,  y eso le gustaba.

—Ponte cómodo. Mamá enviara algún refrigerio. Voy a usar el baño.

Asintió y se sentó en el bordo de la cama, ya que en ella se apreciaba el jardín delantero.

Se dejó ir de espaldas y sintió la comodidad de la cama, y la suavidad de las sábanas. Se giró y sintió el aroma de Sasuke. Se sonrojó fuertemente ¿Cómo podía estar pensando en esas cosas?

———

Salió del baño, secando su cabello con una toalla, solo para ver a Naruto dormido. Sonrió y miró el reloj. Los invitados no tardarían en llegar.

Se vistió rápidamente y se dirigió al salón principal.

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— Bienvenidos —  saludo el matrimonio Uchiha.

—Gracias por la invitación. Fue una grata sorpresa cuando Gaara nos lo dijo.

—¿Dónde están ellos?

— En el auto. Dando sus últimos "retoques" Deidara quiere verse bello para Itachi-kun.

—Deidara-san no lo necesita, ya es muy bello— aseguró Fugaku.

—¿Itachi-kun y Sai-kun?

—Lo mismo que sus hijos.  Buenas noches.

—Sasuke-kun. Buena noche.

—Sasuke...

—Esta dormido.

—Entiendo...

Itachi entró al salón y no vio a su prometido —¿Dei?

—Aquí estoy.

Itachi giró. Su mando Deidara había dejado creer aún más su cabello. Sus ojos azules resaltaban aún más —Te extrañe.

—Itachi— respondió al abrazo, y beso.

—Itachi Uchiha aparta las manos de los glúteos de mi hijo.

—Lo siento, Minato-san...— se acercó al oído de su prometido —Me debes un año de sexo.

Deidara se sonrojó fuertemente por el tono de voz de su prometido.

En una esquina Sai le susurró algo a Gaara haciendole sonrojar.  Y al otro extremo, los tres abuelos platicando amenamente.

Estuvieron platicando sobre el negocio y el viaje.

—La cena está lista.

—Vamos.

Cenaron tranquilamente. Ya cuando estaban levantándose de la mesa, para dirigirse al salón, se escuchó caer algo del piso arriba.

—¿Qué fue eso?

—Oh es..

—Nuestro invitado, Kurama-san.

—¿Por qué no ha cenado con nosotros?

—Se ha quedado dormido.

—Es que  Sasuke no quiso despertar a su novio.

—¡Novio! ¿Cuánto tiempo me fuí?— Deidara se asombro.

—Ve por él.

Asintió, y fue por Naruto. Lo encontró en la escaleras —¿Estas bien?

—Sí, tropezar contra la lámpara.

—No te preocupes. Vamos. Es hora.

Escuchó las risas, y apretó el collar. Asintió, soltó el collar  y se dirigeron al salón.

—Buena noche...