De compras

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Sasuke y Naruto entraron al centro comercial tomados de la mano. De inmediato los miraron ¿Quien no conocía a Sasuke Uchiha?

Naruto miraba maravillado los locales.  Todo era hermoso.

Anteriormente habían visitado un centro comercial pero era pequeño. No era ni  1/4 de ese centro.

Sasuke sonrió —¿Te gusta?

—Es precioso. Hay muchas cosas.

—Si. Vamos. Es por aquí a dónde vamos.

Naruto siguió los pasos de su novio, mientras echaba un vistazo a los locales.

—Llegan tarde.

—Dei-nii.

—Waaaa~— Deidara abrazó su hermano —Eres tan lindo.

—No respiro.

— Dei, ya sueltalo. Naru-chan está azul.

—Sí, Deidara. Sueltalo.

—Gaara. Sai.

Deidara soltó a Naruto, y sonrió —Ya estamos todos. Ahora sí a lo que veníamos.

—¿Por donde comenzamos, Dei-nii?— cuestionó Gaara. El cual estaba vestido en su uniforme escolar, al igual que Sai.

—¿A qué venimos?— cuestionaron Sasuke y Naruto.

—¡De compras!— vino que Naruto iba a replicar —Y no quiero un no por respuesta. Nuestros papás y abuelos nos dieron permiso de comprar lo que sea.

—Dei-nii...— Gaara se cruzó de brazos.

—Bien— hizo un puchero—.  Comprarle a Naruto todo lo que quiera.  Y algunas cosas que nos faltan a Gaara y a mi.

Naruto miró estupefacto a sus hermanos. Deidara le sonrió y lo tomó de la mano.

—Vamos— Naruto fue arrastrado por Deidara.

Los Uchiha y Gaara los seguían. Conocían a Deidara, sabían que no tardarían elegir algún local.

Soltó un suspiro agotador. Deidara le había hecho probar tantos con juntos, y zapatos.

—Me gusta ese azul y gris. El rojo no tanto.

—No es necesario.

—Naruto. Nosotros los donceles tenemos que tener un abastecimiento completo de ropa. Un conjunto para cada día. Así que no me digas que no es necesario.

—...— no dijo nada. Aquella mirada en Gaara le indicó que le siguiera el juego.

Se miró en el espejo. Un pantalón de mezclilla negro se pegaba como una segunda piel, la camisa azul cielo de tres cuartos le quedaba perfecta —¿De verdad me veo bien?

—Por supuesto— respondieron Deidara y Gaara.

—Pero tenemos que hacer algo con ese cabello tuyo— agregó Deidara. El cabello de su hermano era un desastre.

—————

Itachi, Sasuke y Sai esperaban pacientemente, sentados, en la banca  frente a la tienda exclusiva de donceles.

—¿Creen que falte poco?— cuestionó Sai.

—Con Dei al mando, lo dudo.

—...— Sasuke soltó un suspiro.

Llevaban dos horas de compras, y ellos eran quienes cargaban todas la bolsas.

—No sé.

—¿Y si entramos?— propuso Sai.

—Haz perdido la cabeza— dijeron al unisono Itachi y Sasuke.

—¿Qué?

—Es una tienda de donceles. Ningún varón está permitido. Tienen de todo...

—Sexy ropa interior—Itachi interrumpió a Sasuke —Espero Dei se compre algo con encaje.

—Pervertido.

—Solo apreció la sensualidad de mi novio. Imaginen al suyo, con un boxer pegadito que no deja nada a la imaginación, que haga lucir sus perfectos glúteos, y más si son con transparencias y encajes.

—...— cada uno imagino a sus novios.

—Itachi.

Vieron salir a sus novios de la tienda.

Deidara le entregó sus bolsas a Itachi —Nosotros vamos al salón. Vayan a dejar las bolsas al auto.

—...

—Yo voy con ellos— dijo Naruto.

—Nada de eso. Usted va conmigo.

La MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora