A todos los chicos de los que me enamore - Versión Peter kavinsky.

21

El jueves por la noche me reúno con los chicos en la casa de Steve. Cuando llego, todos están sentados alrededor de una mesa redonda y juegan una mano de póquer.

—Llegas tarde kavinsky. —Dice Steven.

—Tuve que ir por mi hermanito.

—Da igual, siéntate. —Dice cortándome.

Me siento a un lado de Darrell y fisgoneo sus cartas. Su jugada es una mierda, pero continúa viéndolas fingiendo que es un ganador.
Me levanto y voy por una cerveza a la nevera. Los chicos destapan sus cartas en la mesa, uno tras otro, hasta que el ganador es Scott.

—¿Qué están apostando? —Pregunto.

Todos se miran incrédulos. —Nada. —Dice Gabe encogiéndose de hombros.

—¿Qué tal unos billetes? —Ofrece Steve.

—No. Este mes necesito mi dinero para el regalo de Lilly. —Dice Martínez.

—¿Qué tal burro de prendas? —Dice Hudson.

—Eso es asqueroso, sin chicas aquí. —Espeto. Todos estallan en risas y burlan a Hudson.

—Hay una fiesta en UVA, deberíamos ir. —Dice Darrell emocionado.

Tiene la atención de todos, Steve lo piensa y dice: —¿Cuál sería el plan, solo llegamos y listo?

—Si, a menos que quieras una entrada con vals y todo. —Bufa Darrell.

—Deberíamos hacerlo. —Dice Gabe.

—No lo sé, suena a problemas. —Digo. Darrell, que está a mi lado, levanta mi brazo y se asoma buscando por debajo de mi silla. — ¿Qué? ¿Qué buscas?

—Tus pelotas, amigo, solías tener unas muy grandes aquí. —Todos estallan en risas de nuevo, y ahora esto se siente como un reto. Le doy un empujón en el hombro y me levanto de la silla.

—Les enseñaré como se hace. —Digo, con la voz fuerte y clara.

* * *

Cuando llegamos a la fiesta, todo es un caos. Hay gente borracha por todos lados. La casa de fraternidad es un asco, y la música es pésima. Todos los chicos se esparcen en toda la casa, en busca de pasarla bien. Yo estoy recargado de un librero enorme. Lo más lejos posible del equipo de música que suena con música reggae. Cerca de mí esta Gabe hablando con una universitaria, con grandes gafas, dos colas en el cabello y con los pantalones más holgados que los del mismo Gabe. Nunca me imagine que esta fuera el tipo de chica que le gusta a Gabe.

Darrell se para a mi lado y bebe el resto de su cerveza de un trago. —¿Vez algo bueno? —Pregunta.

En realidad hay chicas lindas. Una en particular, de cabello castaño y grandes ojos verdes, ha estado mirándome y sonriendo. Una parte de mí quiere guiñarle un ojo y abordarla, pero otra parte me tiene aquí, parado inmóvil. —Nop ¿y tú?

—¿Vez a la chica de cabello largo negro de ahí? —Dice, a la vez que señala disimuladamente con la barbilla, a una chica que se sienta en el sofá; junto a unos chicos con rastas. Asiento y Darrell continua: —Bueno, pues acabamos de salir del baño. —Dice agitando las cejas.

Miro a la chica de nuevo, junto a los tipos sucios y sonrió: —Sin duda pescarás una infección. —Declaro.

Darrell me corta, agitando la mano y dice: —Tranquilo, solo me hizo un trabajo oral.

—No necesito más información. —Digo.

Él me ignora y dice: —¿No conseguirás nada esta noche? Dudo que Large se entere.

Por un momento pienso en mí, enrollándome con una chica al azar. Nunca he sido de ir por ahí tomando lo que pueda de las chicas, se siente incorrecto. Sin embargo, le doy una mirada a Darrell que me mira esperando, sonrió y digo:
—Ya veremos.

Cuando pasan de las dos de la madrugada, todos los chicos ya están risueños por la cerveza. Gabe tiene la cara roja por el alcohol y verlo metiendo su mano, en la cinturilla ancha de la chica de grandes gafas no es algo para entretenerse, es grotesco. Steve se está pavoneando en la mesa del Beer pong, ya que está anotando en todo. Los chicos están a su alrededor, tanto los chicos del lacrosse como los de la universidad UVA. Darrell está a mi lado en el sillón roncando y con la cabeza recargada en mi hombro, suena como un cerdo. Scott nos tomó una foto y la subió a Instagram.

El colchón se hunde a mi otro lado y cuando miro, la chica de ojos verdes está a mi lado sonriendo de oreja a oreja.

—Esta fiesta está llegando a su fin. —Dice.

—Lo sé. —Digo dándole un codazo a Darrell para que se despierte.

Ella sonríe y dice: — Soy ana. —Me tiende la mano para un saludo.

—Peter. —Digo estrechando mi mano con la de ella.

—¿Estás en UVA? —Pregunta.

Abro la boca para responder un patético: "Aún estoy en la escuela secundaria" Cuando Darrell dice: —No, estamos aquí de visita por el lacrosse. Estamos en el Boston College. Soy Darrell por cierto. —Dice inclinándose para estrechar su mano. La chica asiente no muy convencida.

—¿Cuándo se van? —Pregunta.

—Mañana al medio día. —Dice Darrell.

La chica asiente de nuevo, después de unos segundos me mira de nuevo y dice al mismo tiempo en que se levanta del sillón: —Bien Peter, llevaré esta fiesta a mi habitación ¿Vienes?

Lo pienso por un momento, sexo fácil. Sin ataduras, la chica prácticamente sabe que no volverá a verme, aunque probablemente lo hará. No se ve borracha y sin duda es mayor de edad. Darrell me da un codazo y sonríe como un imbécil. Ana me mira esperando. Y el kavinsky que quiere quedar como un triunfador se apaga y respondo. —Nop, creo que pasaré. Soy el conductor designado.

Ana sonríe aunque se ve decepcionada. Asiente y dice: —Bien, será la próxima vez, búscame. —Guiñe un ojo para mí y se aleja.

Darrell me da una colleja y gruñe: —¿Qué mierda fue eso? Ve por ella antes de que se vaya.

—¡Ay, eso duele imbécil! —Me quejo sobándome la cabeza.

—Se suponía que lo haría.

—¡Hey! ¿Recuerdas a Lara jean?

Él niega con la cabeza y dice: —La recuerdo, y sé que te esperan meses haciendo el amor con tu mano, amigo este era el momento perfecto para soltar el aire de la llanta.

Sonrió por su referencia y digo: —Tranquilo, lo tengo bajo control.

Los ojos de Darrell se vuelven enormes y dice: —¡Oh mierda! ¿Estás teniendo sexo con Large?

Frunzo el ceño y digo: —Cállate.

—¡Oh vamos! Yo te cuento mis asaltos.

—Lo haces, pero esas chicas te importan una mierda, no es para nada lo mismo.

—Bueno, tengo que aceptar que tienes razón. —Dice asintiendo. —Pero aún creo que eres un tonto por no conectar con ese bombón.

Cuando logro llegar a casa y acostarme, pienso en si sería mejor dejar todo terminar y solo divertirme. Esta noche toda parecía tan fácil. Y no me gusta la manera en que me estoy sintiendo por Covey, no quería que los chicos regaran rumores de mí conectando en la fiesta, pero sobre todo, no quería lastimarla, cuando los rumores la involucraran a ella.