1. Simplemente, Giorgiana

31.4K 3K 242
                                    


Giorgiana amaba al mundo, le encantaba viajar, sentirse una extraña en medio de extravagantes personas con diferente color de piel, rasgos, religiones y formas de pensar; todos eran tan únicos, especiales e irremplazables. Ver a la misma gente la aburría y era por eso que no solía permanecer en el mismo lugar durante mucho tiempo. Su libertad era algo que atesoraba como si se tratase de una mina de oro; pero, de vez en cuando, hasta la persona más aventurera necesitaba descansar y era justo lo que hacía al volver a Francia por una temporada.

Normalmente ella viajaba por gusto, iba de un lado al otro haciendo lo que le fuera necesario para sobrevivir, aunque desamparada no estaba, puesto que sus padres seguían apoyándola en todas sus locuras, al igual que su hermano, quién era el que dirigía toda la fortuna de su familia desde hace unos cuantos meses.

Aún le daba risa ver a William a la cara, se veía enojado todo el tiempo debido a que su padre lo nombro dueño y heredero siendo él aún muy joven para el cargo, no lo había dejado disfrutar de su libertad con placidez. Aunque siendo honestos, William Charpentier era un hombre que parecía siempre haber sido la cabeza de la familia.

—¡Gigi! —le gritó el hombre que ocupaba sus pensamientos en ese mismo instante—. ¡Baja ahora si es que no quieres que entre por ti!

—No tienes por qué estarme correteando continuamente William —sonrió Giorgiana desde el interior de su recamara—. Recuerda que soy mayor que tú.

—Ojalá te comportaras de esa forma.

Giorgiana sonrió y fue a colocarse algo de ropa para bajar a desayunar con su familia. Debía prepararse mentalmente para los ataques de su madre, aunque su padre y hermano siempre hubiesen sido consecuentes con su idea de viajar por el mundo como un alma que lleva el viento, su madre era otra cosa completamente, parecía ser, que ella había permitido tal acción con la idea de que en un determinado momento se daría cuenta que lo que en verdad quería era una familia y estabilidad... Lo cual no había pasado.

Siendo totalmente objetivos en el asunto, Giorgiana ya no era clasificada como una dama elegible para matrimonio, nadie en su sano juicio se casaría con alguien tan... vieja como lo era ella. Y es que, as sus veintinueve años y con una hermana menor casada, ella era una completa solterona sin remedio alguno.

Giorgiana bajó las escaleras con un vestido escandaloso que le brindo una discusión con su madre. Ese era el tema, desde que era muy joven, a la mayor de los Charpentier le había gustado la moda, todo lo relacionado con las telas y el estilo iban bien con ella. En un inicio le entusiasmaba ir de compras, ver telas y escoger diseños en las modistas, pero, con ayuda de alguien, se enfocó en lo realmente importante, a ella le gustaba hacerlo, desde el punto primero hasta la última puntada y eso era que una señorita de su clase social no tenía permitido hacer.

—De verdad, Giorgiana, un día me vas a dar un infarto.

—Es solo un vestido madre —rodó los ojos la joven—, sí tan solo supieras como visten en la India, no me dirías nada.

—¡Cielo Santo, Giorgiana! —se angustió su mayor—, ¿Cuántas veces te he dicho que no menciones esas formas tan descuidadas que has visto en tus viajes?

—A mí me interesaría saberlos —sonrió William, dejando el periódico para elevar una ceja a su madre.

—¡Oh, William! —se enojó Alana, madre de ambos—, ¡Tú y tu padre son los culpables de estas actitudes! Doy gracias a Dios que tu hermana esté casada.

—A la fuerza —dijo Giorgiana—, por temas del estado. Deberías dar gracias de que no fuera un viejo horroroso que la terminara golpeando de por vida.

Una dama indomable (Saga Los Bermont 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora