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Nunca había estado ansioso ni nada por el estilo por este día, hasta que llegó. Los nervios me están matando mientras espero los resultados de las Pruebas, aquellas que van a definir el rumbo de mi vida de ahora en adelante. Me duele pensar que un tonto y simple examen de personalidad podría tranquilamente separarme de mi hermano, la única persona que siempre estuvo para mí. Él es verde, puede que tenga un poco de suerte y yo también lo sea. Después de todo somos hermanos, supongo que algunos de los rasgos de nuestra personalidad deben de ser parecidos, ¿cierto? Y si yo pertenezco al rojo, azul, violeta o cualquier otro color puede que no lo vea nunca más, puede que nunca encuentre a nadie que me entienda como él. Podría incluso corresponder al negro, y eso sería lo peor que podría pasarme porque a nadie le gusta vivir hasta sus dieciocho años pensando que es una buena persona para después descubrir que ese es su color.

Observo a los otros chicos y chicas que están en la misma habitación en que yo me encuentro, ninguno parece estar en mejor estado que el mío. Una chica rubia y de ojos verdes que está tan pálida que es probable que en cualquier momento se desmaye y un chico alto, de cabello castaño y ojos color miel que no se movió para nada en ningún momento son los únicos que llaman mi atención, aunque hay cerca de cien chicos en el mismo lugar. Yo, por el contrario, no puedo dejar de moverme. Camino por la amplia sala de paredes blancas mientras espero saber qué rumbo va a tomar mi vida desde ahora.

En la habitación todo es blanco, desde los tapizados de las sillas y las paredes hasta los detalles más pequeños, como las agujas del enorme reloj en frente mío. Por supuesto que la ropa de las personas que me hicieron las Pruebas también es blanca, ellos son los únicos que pueden tener contacto con cualquiera de los otros colores. Tolerantes, pacientes, comprensivos. Sólo las personas que pertenecen al blanco tienen esas cualidades. Puede que yo sea una de ellas, y entonces podría seguir viendo a mi hermano.

A mí alrededor todos parecen estar bastante calmados, excepto por la chica rubia, los demás casi no demuestran sentimientos. Supongo que es porque todos sabemos desde el momento en que nacemos que este día va a llegar y desde este momento no volvés a ser el mismo, pero de todas formas estoy nervioso, y no me siento preparado para dejar todo atrás.

Dejo de mirar el reloj y contar segundos en el instante en que la puerta en frente mío — blanca también — se abre y sale un hombre vestido de blanco, con el cabello también blanco a pesar de que no parece mucho más grande que yo. Lo único que resalta en su figura son sus ojos azules. Empieza a leer los nuevos integrantes de cada grupo sin ningún orden específico aparente: primero negro, después verde (cabe aclarar que no soy nombrado en este grupo), luego azul... No es hasta casi el final que me nombran. Rojo, eso es lo que soy.

Pasan unos segundos más hasta que termina de leer las listas y luego ocho personas más, entre hombres y mujeres entran a la habitación sosteniendo sobres de distintos colores. Todos están vestidos de blanco y me recuerdo a mí mismo que son los únicos autorizados a interactuar con todos los otros colores. Después de un rato vuelven a nombrarme y una mujer me tiende un sobre rojo. Todo pasa tan rápido que no me doy cuenta de lo que ser rojo significa hasta que abro el sobre y leo las pocas palabras que están escritas en la hoja.

Brendon Boyd Urie. Rojo.

Agresivo. Apasionado. Inquieto. Impaciente. Irritable. Ansioso.

Eso es lo que se supone que soy, no hay una sola característica buena entre las seis palabras que según ellos me definen. Y tampoco voy a ver más a mi hermano.

Antes de darme cuenta mi vista está nublada y el piso debajo de mí parece moverse. Siento que las personas a mí alrededor me asfixian aunque estén por lo menos a un metro de distancia y las piernas me fallan. Antes de caer hay alguien que me sostiene, el mismo chico de hoy, solamente que ahora está sosteniendo un sobre azul y parece sentirse tan perdido como yo.

colors ➳ rydenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora