🥀¿De qué sirve la belleza exterior si por dentro lo que tenemos es un corazón podrido?
Yuuri Katsuki, un joven que tenía lo que a muchos nos falta: buen corazón y una bondad capaz de hacerte morir de cariño. Un omega deseado por muchos pero rechaz...
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🌹Capítulo 12: Entre Pasos y Prisas🌹
Al día siguiente de haber podido ver a su madre gracias al toque mágico característico de su compañero, había pasado toda la mañana sin verlo y eso le comenzaba a preocupar.
—Phichit...— llamó al candelabro que se encontraba retirándose con los platos sucios del desayuno hacia la cocina.
—¿Si Yuuri? ¿Qué pasa?— se detuvo y volvió su mirada al azabache.
—¿Dónde esta Viktor? No ha aparecido en toda la mañana y se me hace raro y me esta preocupando,— el japonés jugueteaba con los bordes de sus mangas— ¿está enfermo? Porque si es así quiero cuidarlo...
—¡Oh, para nada Yuuri!— respondió en tono ligero— lo que sucede es que desea verte únicamente a la hora del baile... según el que para le buena suerte pero no entiendo mucho sobre eso.— el japonés quiso hacer otra pregunta pero esta fue acallada por el reloj.
—Oye cerdo, Viktor me mando a decirte que en lo que diera el momento de comenzar los preparativos te mantuvieras en la comodidad de tu habitación y que mandaría ciertas sorpresas para que te sintieras cómodo.
—Pero...
—Pero nada, son órdenes y es mejor que aproveches la oportunidad de oro— dijo comenzando a jalarle de la manga de sus vestiduras— a demás, podrás relajarte así que solo déjate querer un poco.
"Déjate querer un poco."
—¿Estas insinuando algo?— preguntó el azabache sonrojado, claramente había mal interpretado esa expresión.
—¿De qué hablas? ¿Estas delirando? ¿Te pusieron algo en la comida?
—T-tu eres el que empezó diciendo que "me dejara querer" ¿¡a caso insinúas que Viktor siente eso por mi!?
Plisetsky comenzó a reírse sonoramente debido a la reacción del japonés ante su vaga expresión.
—¿Dije algo gracioso a caso?
—No, lo que sucede es que eres un exagerado y puedo aventurarme a decir que tienes sentimientos por el amo Viktor, pero claramente, como no estoy seguro de aquello, no afirmaré esto último y ambos haremos como que nunca lo dije.
El reloj dio media vuelta en su eje y comenzó a caminar a la habitación del oji café, quien se encontraba paralizado tan rojo como se le permitía a su naturaleza ser
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