🥀¿De qué sirve la belleza exterior si por dentro lo que tenemos es un corazón podrido?
Yuuri Katsuki, un joven que tenía lo que a muchos nos falta: buen corazón y una bondad capaz de hacerte morir de cariño. Un omega deseado por muchos pero rechaz...
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🌹Capítulo 03: Tormenta🌹
Yuuri había recibido un impresionante conjunto nuevo por parte del armario. La ropa resaltaba los colores azules, blancos y cafés que combinaban a la perfección con su persona.
Sin embargo, a pesar de los lujos que le estaban dando, Yuuri no podía dejar de pensar en cómo se encontraría su familia en estos momentos que el no se encontraba para ayudarlos.
El candelabro le había comentado amablemente que la cena pronto estaría lista y que tendría que bajar. Más sin embargo, dicha cena seria junto a la bestia que ahora le privaba de su libertad y si llegaba tarde, quién sabe el gran enojo que causaría en él. Pero aún y con todos los dioses dándole la espalda, decidió llevar la contraria. Y aun que su estómago rugiera de hambre y pidiera por comida, Yuuri estaba decidido a no cenar junto con aquella bestia.
La persona que le había privado de uno de sus derechos no merecía de su presencia para una simple cena, él podía cenar sin necesidad de su compañía.
Se recostó en la gran cama que de encontraba en su habitación, intentando pensar en una manera lógica y no riesgosa de escapar del lugar en el que se encontraba.
Mientras el azabache intentaba resolver lo que ahora parecía su problema más grande, por otro lado, el peli-plateado tomaba asiento en una de las sillas del comedor. La cena ya había sido servida, pero Viktor no probaba ningún bocado. La bestia se limitaba únicamente a mirar hacia la silla donde se suponía debía de encontrarse el nuevo huésped.
—¿Cuanto tiempo ha pasado ya?— preguntó la bestia hacia el candelabro y el reloj de mesa— ¿no le avisaron que tenía que venir a cenar conmigo? No quiero que se muera de hambre.
El candelabro sabía que el muchacho no tenía intención de bajar a cenar e intento (de la manera más cordial posible) formular la respuesta con las palabras correctas que no fueran a desatar furia en la bestia.
—Sobre eso, amo Viktor... No creo que el joven Katsuki vaya a bajar a cenar...— dijo en voz monótona.
—¿A qué te refieres con eso Phichit?— insistió la bestia.
—Me refiero a que el joven Katsuki ha expresado que no vendrá a cenar y espera que su decisión sea respetada.— Hubo un momento de silencio, esta era la oportunidad perfecta para hacer que el príncipe y el plebeyo se reunieran y socializaran, —Pero tal vez si usted va y le ofrece venir a cenar quizás cambie de opinión.
La bestia enarcó una ceja. ¿Él? ¿Irle a rogar a un plebeyo que se sentara a cenar con él? De ninguna manera.
—Nunca le rogaría a alguien. Mucho menos a un plebeyo como él.
