🥀¿De qué sirve la belleza exterior si por dentro lo que tenemos es un corazón podrido?
Yuuri Katsuki, un joven que tenía lo que a muchos nos falta: buen corazón y una bondad capaz de hacerte morir de cariño. Un omega deseado por muchos pero rechaz...
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🌹P r o l o g o🌹
Había una vez, un joven príncipe el cual lo tenía todo.
Este principe había nacido entre riquezas y los lujos más exclusivos de su época. Ademas de ser un alfa en su familia, tenía una belleza inigualable. Poseía una inteligencia que solo recibían el rango de la realeza y en cuanto las fiestas, era el centro de atención de todas las jovencitas presentes –incluso de las madres que buscaban pretendiente para sus hijas–.
Sobre la actitud del príncipe, este era un joven de clase alta. Con modales de élite que recibían los chicos de su clase social.
Pero las apariencias engañan, y el no era la excepción.
En sus primeros siete inviernos, había presenciado como la vida desaparecía de los ojos de su madre. Devastado por la perdida, solo unos días después y aún en sus ropas negras descubrió el cuerpo sin vida de su padre en la oficina.
Días llenos devastadores llegaron a apoderarse de las semanas del joven de ojos claros. Su tutor, Yakov Feltsman, acababa de divorciarse y ahora cuidaba del pequeño. Claro, la edad ya cargaba con el anciano y no le era posible controlar al niño de tan solo ocho años.
Y así fue creciendo: malcriado pero con gran inteligencia, recibiendo todo en bandeja de plata pero nunca dando nada...
Presentándose como una persona hermosa y digna cuando en realidad, por dentro se encontraba frío y sin una pizca de amor por nadie.
El tiempo fue pasando. El pequeño príncipe que había perdido a sus padres ahora cumplía 28 inviernos. Yakov ya lo había dejado de cuidar hace mucho tiempo.
Sólo la gente de la clase alta y la mas bella podría presentarse en su enorme palacio para el baile en su honor. El príncipe se vistió con sus mejores galas para deslumbrar a cualquiera que lo viera; la música resonaba en el gran salón y los invitados bailaban alegremente al son del piano, las arpas y el cantante.
Era una fría noche de un 25 de diciembre, la tormenta de nieve ya se había hecho presente.
Cerca de ahí, una anciana buscaba un lugar de hospedaje mientras la fiesta continuaba. La anciana, al saber que el joven príncipe solo aceptaría su entrada si ofrecía algo con cierto toque de belleza arrancó una rosa blanca del jardín del príncipe. Una vez con esta en mano, entró por la puerta que daba al salón del castillo. La anciana ofreció la rosa al príncipe en un intento por que este la dejase quedarse a pasar una sola noche en su castillo hasta que la tormenta terminase. El príncipe tomó la rosa entre sus manos y con aires de superioridad se dirigió a la anciana.
