🥀¿De qué sirve la belleza exterior si por dentro lo que tenemos es un corazón podrido?
Yuuri Katsuki, un joven que tenía lo que a muchos nos falta: buen corazón y una bondad capaz de hacerte morir de cariño. Un omega deseado por muchos pero rechaz...
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🌹Capítulo 11: Back The Time When🌹
Katsuki sabía perfectamente que el último día de su celo siempre era el mas insoportable y a consecuencia del mal estar que este le ocasionaba, también venia con un humor de perros para el japonés. Ni siquiera las infusiones que le daba el reloj cada cuatro horas le servían como lo habían hecho los dos días pasados.
Era demasiado el malhumor y malestar del azabache que hasta había amenazado con romper lo primero que se encontrase en su camino con tal de que dejaran de molestarlo.
Se encontraba gritándole sus malestares a Plisetski hasta que el príncipe abrió la puerta de la habitación bruscamente, mirando fijamente al omega que tras haber estado largo rato gritando ahora se encontraba callado mirando fijamente al alfa, que se veía extremadamente serio que vestía de una manera parecida con la cual lo había visitado un día antes.
—Plisetski. Largo. Ahora.
No necesito mas que unos segundos para que el reloj saliera en silencio de la habitación y cerrara la puerta tras de el; no quería ver ni escuchar lo que pensaba que harían si estaba en lo correcto.
—Tu...— dijo el platinado.
El nipón trago en sonoramente en seco. Se habían quedado atrapado uno en la mirada del otro, sin moverse ni decir nada.
—Viktor yo...— no pudo continuar ya que el aludido se había lanzado completamente sobre su cuerpo, apresándolo entre sus brazos y piernas para que le fuese imposible de escapar— ¿¡V-Viktor que haces!?— tartamudeó al sentir una mano recorriendo su estómago por debajo de su camisa, piel contra piel.
—Cállate de una vez,— le dijo en un tono adormilado y molesto— ¿sabes algo Yuuri?— había comenzado a hacer leves caricias en el estomago del pelinegro, quien no podía estar mas rojo que un tomate— tu olor es demasiado fuerte y me es difícil resistirme, también se siente como estas demasiado estresado y frustrado... no voy a hacerte nada que no quieras pero si voy a intentar calmarte un poco, así que por favor no te opongas.
—¿C-cómo se que no quieres hacerme algo m-más?— preguntó el omega tartamudeante.
—¿No crees qué alguien con mis grandes ventajas ya lo habría hecho?— preguntó retóricamente mientras hundía su cara entre el espacio del cuello y el hombro del menor, quien no supo como contestarle a demás de estar nervioso por la proximidad del mayor.
Se dejó mimar por el oji turquesa, dejo que le diera pequeñas caricias en el estómago y en su espalda. Había logrado calmarse con simplemente estar a su lado, ya no se sentía incómodo o desesperado, pero si notaba ese urgente y no agradable deseo de recibir más que solo tiernas caricias inocentes por parte del ruso.
