《Capítulo 2》

602 58 93
                                    

Narra Tristan

ㅡ¿Tu crees que voy a comer de esta mierda?ㅡCuestionó el rizado observándome mal.

Joder, llevaba dos días aquí y ya pensaba en renunciar.

ㅡSí, vas a comértela toda. Ahora.

Sostuvo su mirada de desagrado en mí. Llevó una cucharada a su boca.

ㅡIncluso huele como la mierda.ㅡRespondió devolviendo la misma al plato, sin probarlo siquiera.

ㅡMira niño, es arroz con pollo. Ayer no quisiste comer pasta, ¿A caso no te alimentas de nada?ㅡPregunté molesto.

ㅡMe alimento de cosas que me gusten. Claramente no me conoces y no sabes mis gustos.

Odiaba cuando me hablaba con superioridad o por lo menos las pocas veces que me tomaba en cuenta.

ㅡPero si no me dices lo que te gusta, ¿Cómo podría yo saberlo?

El rizado se levantó sin responderme y se fue a su habitación, otra vez. En serio descansaba las horas en las que él pasaba en la escuela, verdaderamente nunca había conocido a un niño tan desagradable como Bradley.

Guardé el plato del enano en el microondas. Sus padres verían que no me hacía caso y lo regañarían.

Subí hacia su dormitorio. Estaba con la puerta cerrada igual que siempre, logré escuchar una suave melodía acoplada por la pared, supuse que estaba cantando. Abrí lentamente la puerta pero no estaba allí.

El rizado estaba en el baño. Me adentré en su habitación por primera vez, había recorrido toda la mansión pero menos el cuarto de este niño.

Era bastante bonito, un cuarto amplio y típico de un adolescente. Habían muchos posters de bandas y cantantes en las paredes. También una guitarra, un lindo piano y un ukelele.

Su celular sonó, no había percibido que estaba arriba de su cama, me acerqué. ¿Debía abrir el mensaje?

Joder Tristan, debe ser su novia. Me regañé a mi mismo por ser tan curioso, no quería más problemas con el niño pero mierda soy su niñero, ¿qué si tiene novia y sus padres no se lo han permitido? Debo encargarme de decírselo.

Cogí el celular en mis manos, el mensaje era de un número desconocido, rápidamente lo abrí.

ㅡ¿Qué mierda haces en mi habitación?.ㅡMe sobresalté arrojando el celular a su cama.

ㅡLo siento, quería ver si...ㅡMi voz se cortó. El rizado estaba frente a mi con solo una toalla alrededor de su cintura.

Mi corazón rápidamente se aceleró.

ㅡFuera.ㅡOrdenó. Me quedé en silencio observando su torso y las pequeñas gotas de agua que caían por elㅡ¿Qué me ves?

Espabilé ante su tono de incomodidad.

ㅡ¿Yo?, nada. Como si en realidad quisiera verte.ㅡSusurré pero él logró escucharme.

ㅡLo estás haciendo en este instante, Evans.ㅡEl menor se acercó a mí. Tragué saliva bruscamente.ㅡNunca más entres a mi cuarto.ㅡMurmuró cerca de mi rostro.

Era tan pequeño pero ahora se encontraba de puntitas intentando intimidarme y mierda si que lo había conseguido.

ㅡNunca más cojas las cosas que no son tuyas. Adiós.ㅡSus manos me empujaron hacia afuera de la habitación. Cerró la puerta fuertemente.

Suspiré. ¿Qué jodidos demonios acababa de pasarme?.

Nunca me había sentido así de vulnerable frente a alguien, y menos con un estúpido niño.

You Need A Babysitter? ㅡ Tradley EvansonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora