26. Decide.

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¿Está celoso?

Su precioso rostro se ensombrece de furia. Yo bajo la mirada, procurando que no note mis emociones. Estoy feliz. Aunque su desconfianza no me agrada del todo, ver que él se identifica con los sentimientos que he estado experimentando por su cercanía con Samantha, es bueno.

— ¿Sabes qué? Ni si quiera me respondas, no me importa.

Vuelve a su actitud brusca y controlada, me deja tan impresionada que reprimo el impulso por replicarle. ¿Es una lucha perdida?

—Mark —respiro lento, intentando plantear una tregua entre nosotros—. Por mensaje has dicho que me amabas.

Cambio el tema. La esquina de su boca se eleva formando una sonrisa amarga.

—¿Eso te enorgullece? —Brama—. Amarte no significa que acceda a que vuelvas a lastimarme. Que te quede claro una cosa, lo nuestro se acabó.

Sus palabras me hieren y el rostro de su ex viene a mi mente.

—Es por Samantha ¿no? —pregunto dolida—. Insistes porque ella esté en tu vida, dejándome fuera a mí.

—Eso no es asunto tuyo, Rachel. Y no tienes derecho a reprochar nada, fuiste tú quien decidió marcharse.

—¿Y tú si tienes derecho a reprochar? —Replico con mal humor—. ¿Qué hacía con Theo, Mark? ¿Eso preguntaste? Hablar. Algo que contigo es imposible.

—Nosotros no tenemos nada de qué hablar, Rachel. Esa es la diferencia entre tu amigo y yo.

—¿Hasta ese punto te perdí Mark? —Mi voz suena lastimada—. Que ni siquiera has dejado suelta una pizca de confianza hacia mí. Sacaste tus propias conclusiones y quieres seguir aferrándote a ellas, sin darme la oportunidad de explicarte.

Un estremecimiento se desliza por mi cuerpo, agrupándose caliente y doloroso en mi vientre al darme cuenta que él no hace ningún esfuerzo por contradecir mis palabras. No, no le importa lo que tenga por decirle.

—Mark —una voz irritante y terriblemente familiar sale de la nada, lanzándome a los infiernos—. Ay, pensé que llegaría tarde.

Samantha...

La observo colocarse a un costado de Mark, toca su hombro, en un gesto cariñoso. Pronto dirige su mirada hacia al frente para observarme.

—Oh... Hola —dice con una sonrisa de oreja a oreja—. Nos volvemos a encontrar, creo que sería bueno presentarnos. Yo soy Sam, mucho gusto... ¿Tú eres?

A pesar del esfuerzo que hago por mantener mi humor neutral, un pequeño resoplido se escapa de mi garganta.

—Samantha, ella es Rachel —rompiendo el silencio Mark habla.

Siento mis mejillas arder. ¿Ya está? —¿Rachel me importa un pepino? ¿Rachel ansiosa por querer sacarte los ojos? ¿Novia ausente?— ¿No? ¿Nada? ¿Solo Rachel desconocida?

—Rachel Lombardo —finalmente digo a Samantha y ella asiente sonriente.

Continúo meditando sobre su presencia en este lugar. ¿Es una coincidencia que esté aquí? ¿Han venido juntos? ¡Carajo! Preguntas y más preguntas son formuladas por mi mente, producto de los celos.

Un silencio incómodo se forma en el ambiente, Samantha sonríe mirándonos a ambos una y otra vez. La confusión en su rostro pronto es evidente.

—Eh... ¿Steven y Amy no han llegado? —inquiere y no sé si es por curiosidad o por intentar sacarnos de la incomodidad en la que estamos.

Mark niega, está apunto de hablar, pero su móvil suena llamando su atención, me extraña cuando el mío también notifica un mensaje. Decido observar la pantalla.

¿En clases no? - YA EN FÍSICO Where stories live. Discover now