4 Algo más que solo sexo

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—No seas baboso. —Noelle le sonríe coqueta—. Kiara, estos son Killian y Kenneth. Ten cuidado con ellos, son un amor pero muy peligrosos, si sabes a lo que me refiero. No dejes que te tienten —advierte, aunque sus gestos me animan a lo contrario—. Killian es el mayor. —Pellizca un brazo al mencionado y es el que no tiene aretes.

Ellos sonríen y caminan hacia la cama. Se dejan caer en ella y apoyan la espalda en la pared del fondo. Como no soy de mucho hablar con extraños, busco mi teléfono para distraerme. Siento cómo Erick se inclina más cerca, evidentemente para curiosear en mi teléfono y a propósito abro la galería donde tengo imágenes de todo tipo, desde bebés con disfraces tiernos hasta fotos mías en ropa interior.

Lo escucho respirar fuerte y decido que es suficiente, abro la app de Candy Crush para matar el tiempo. A los pocos minutos la risa de Noelle me hace levantar la mirada, está metida en su teléfono y me alegro de no ser la única. Mis ojos se dirigen a los hermanos y me sorprendo al encontrarlos mirándome.

Me avergüenzo un poco y fijo la vista en mi móvil. La mano oscura de Erick se pone frente a la pantalla, no tengo tiempo de preguntarle qué se propone cuando sus dedos rozan mis pechos. Miro hacia abajo y maldigo porque me descuidé, mi pezón derecho se asoma por el borde, y él lo está rozando, metiéndolo dentro.

—Disculpa, pero es que no pude evitarlo...

—¿Qué cojones te pasa? —pregunto enfurecida, me levanto de la silla y lo empujo—. ¿No pudiste haberme dicho? ¡No tenías que tocarme! —grito y no sé por qué estoy tan enfadada, básicamente lo provoqué; los mellizos me miran con el ceño fruncido y Noelle se espanta confundida.

—¿Qué sucede? ¿Por qué el escándalo de repente?

—Nada. Me voy —digo molesta, caminando a la puerta.

—Lo siento. Creo que malinterpreté tus insinuaciones. —Se ve arrepentido en verdad.

—Eres un curioso, tomaste confianza demasiado rápido y solo jugué con eso, pero no tenías que...

—De verdad, lo siento. Los veo en la fiesta, muchachos —dice interrumpiéndome, y se va pasando por mi lado.

—¿Qué ha sido eso? —pregunta Noelle.

—Cuando me tocó enfurecí y ya no pude callarme. Creo que exageré.

Ella suspira y pone una sonrisa.

—Va, todo ha pasado. Me voy, debo hacer algunas cosas. Te espero en la fiesta, no llegues tarde. —Comienza a marcharse y se detiene en la puerta—. De hecho, eres responsabilidad de ellos dos. Conociéndote, te da pereza y te acuestas a dormir.

Cuando Noelle se marcha la habitación queda en silencio. Los mellizos se ponen de pie y se acercan a mí.

—Cambia esa cara, no ha pasado nada. Erick es un poco... Salido a veces —comenta Kenneth.

—No tienes de qué preocuparte, si decides no ir a la fiesta te haremos compañía —sugiere Killian—. De hecho, es probable que queramos convencerte de no ir.

De repente me siento abrazada por esos dos, nada parecido a lo que sentía con Erick.

—No entiendo —murmuro. Retrocedo unos pasos y me doy cuenta de que está aún más oscuro. Apenas tuve un vistazo antes, ahora no tengo nada.

—Creo que es mejor si somos claros contigo. —Distingo la voz de Kenneth, es más profunda que la de Killian—. Nos gustas, te vimos con Noelle y no pudimos apartar la mirada de ti.

—Eres preciosa, Kiara. —Killian da un paso adelante—. Nos gustaría hacer algo contigo, solo tienes que decir que sí. —Están otra vez a mi lado—. Te gustará. —Su voz se torna ronca, susurrando las palabras en mi oído.

Taboo WishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora