Capítulo 20: El funeral de Cabo

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Capítulo 20: El funeral de Cabo.

Los fuegos artificiales que Rico había regurgitado llamó la atención de ciertos animales que se encontraban en la isla.

Skipper miraba la sonrisa de sus soldados, extrañaba la locura de Rico y el baile raro que Kowalski realizaba cada vez que estaba feliz.

—Aun no podemos cantar victoria, soldados. Aun debemos planear como salir de esta isla y a donde dirigirnos al llegar a nueva york.

—Puedo construir un pequeño bote, necesitaré utilizar todo lo que la isla me ofrezca y las herramientas que Rico pueda regurgitar —Rico asentó con la cabeza, dispuesto a ayudar—. Ya en nueva York, no podemos presentarnos frente a Espiráculo, él piensa que estamos muertos y Cabo esta enfermo. Si se da cuenta que vivimos aplastará el control que activa la toxina creyendo que va a matarnos, pero en realidad le hará daño a Cabo.

— ¿Qué sugieres?

—Necesito ir a nuestro cuartel general, aún tenemos en circulación restos del antídoto, a partir de ello crearé más para llevárselo a Cabo. Cuando él este curado, sabotearemos los planes de Espiráculo yendo a su cuartel.

—Tienes razón, actuando por separado somos débiles pero juntos somos invencibles. Los demás deben pensar que estamos muertos hasta que Cabito se encuentre sano y salvo, con prisa señores, hay que irnos —ordenó Skipper.

—Nadie se ira de aquí —dijo un armadillo amarillo con su problema nasal. El armadillo cargaba en sus manos unos palos de golf, lo acompañaban las ratas y una perrita blanca—. Cabo me pidió que los protegiera y eso haré por mi viejo rival.

—Tu viejo rival está en problemas, puede perecer si no hacemos algo al respecto —informaba el pingüino plano al armadillo—. Está enfermo y en poder de Espiráculo.

—Ese tonto delfín se siente con el derecho de intoxicar y matar a quien quiera, tal y como lo hizo con mi esposo —dijo la canina de pelaje blanco.

Los pingüinos abrieron la boca en señal de sorpresa, no podían creer que la perrita fuera esposa del cachorro que murió en el tren.

—Disculpe señora ¿Cómo llego usted aquí? —Skipper quiso saber.

—Manfredi y Johnson se apiadaron de mí y me enviaron a esta isla para protegerme. Espiráculo cree que estoy muerta. No pudieron salvar a mi esposo por que el si estaba enfermo, yo no.

—Puede que la isla sea segura —dijo Skipper—, pero no podemos quedarnos aquí sin hacer nada, ese loco quiere destruir el mundo, nuestro mundo. Unamos fuerza y terminemos con todo esto.

—El pingüino que tenía un parche en el ojo nos ofreció protección si los traíamos— La rata que media casi un metro mencionó—. Ustedes y esa delfín llegaron a su destino, nosotras las ratas, cumplimos con el trato. Nos quedaremos aquí.

— ¿Doris está aquí?… — preguntó Kowalski colocando su aleta en el corazón.

—No —respondió el armadillo haciendo un ruido con su nariz—, ella despertó ayer por la tarde. Se marchó.

Rico y Skipper clavaron sus ojos en el genio, Kowalski solo les devolvió la mirada en señal de agradecimiento.

— ¿Y cómo nos transportaron?

—En un pequeño y modesto barco, el cual fue conducido por Violet.

— ¿Violet? — preguntó Rico sorprendido.

—Yo soy Violet— se presentó la perrita—. Lo hice por Manfredi y Johnson, a ellos les debo mi vida.

A Skipper le costaba dar crédito a lo que oía y veía— "¿Desde cuándo Manfredi y Johnson se volvieron buenos? ¿Armadillo Kid y las ratas trabajando juntos?, esto es de locos, definitivamente. De seguro, alguna retorcida mente está jugando con nuestros destinos" —pensó Skipper.

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⏰ Last updated: Jun 17, 2017 ⏰

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El mas traidor se lo lleva todoWhere stories live. Discover now