La pareja de un alfa

3.1K 280 23
                                    


-¡Papá, me marcho! -gritó Stiles desde la puerta.

-¡Espera! ¿Vienes a cenar? -dijo tras él.

-No creo. -abrió la puerta del Jeep.

-¡Stiles!-corrió hasta su lado.- Toma, Melissa me lo ha dado. Es para Scott.- le dio una carta.- ¿Podrás dárselo en algún momento de tu ocupada y misteriosa vida? 

-Vale, lo haré ahora mismo... así luego soy libre.-arrancó el coche.- ¡Papá, tengo prisa!

-Vale hijo...-el Sheriff tenía una extraña sensación.- Cuídate. -le revolvió el pelo metiendo la mano por la ventanilla y dejó marchar a su niño.

-Tú también.- le sonrió y se fue.


Estaba muy inquieto. Tenía pensado dárselo a Scott antes de ir al colegio, pero tal vez era mejor ir primero allí. No creía que fuera a alargarse mucho. No era propio de Derek hacerle salir a esas horas de casa si no era para ir a su loft, y obviamente no era una cita romántica. Tal vez ocurría algo importante, algo que se le escapaba a Stiles. Pero no había notado que nada fuera mal las últimas semanas. 

De echo, todo iba increíblemente bien. Y ya dicen que las cosas tienden a equilibrarse...

Aparcó en el parking trasero del instituto, y miró a su alrededor. No veía a Derek por ningún lado. Dio una vuelta por los campos de lacrosse, y nada. Ni rastro de su lobo.

Miró el móvil para ver si se había equivocado, pero no. El mensaje seguía ahí, citándolo en el instituto. Entró en el pasillo de los de tercero desde el campo, y lo recorrió lentamente. No se oía ni un alma. No había nadie allí.

Su corazón iba muy rápido y sentía un sudor frío recorriéndole el cuello. Su instinto le decía que no tenía que estar allí, que huyera. 

Oyó un ruido tras él y se paró en seco. Tenía miedo de darse la vuelta, pero lentamente lo hizo. La puerta se había cerrado tras él, pero no había nadie. 

-Qué diablos...-se dio la vuelta y empezó a andar a paso ligero. Si no aparecía ya Derek iba a marcharse. No quería pasar más tiempo allí. - Uh...

Al girar en el pasillo, encontró a un hombre sentado en las escaleras. Era de pelo negro, con alguna cana, aunque no era viejo. Sus ojos eran de un azul claro, y estaba realmente musculado. Tendría unos... ¿30? 

El hombre miró a Stiles y le sonrió amablemente. Stiles le devolvió el saludo y siguió andando. Pero entonces le sonó el móvil. Era Derek.

Rápidamente lo cogió y con nerviosismo se lo llevó a la oreja.

-Maldita sea, ¿dónde estas? -dijo Stiles algo enojado por la situación.

-No me digas...-susurró una voz. Definitivamente no era la de Derek.- Si que eras tú... pensé que Derek tendría mejor gusto... un chaval humano...

Stiles se quedó paralizado. El móvil se le calló al suelo. Derek no era el que hablaba. De echo, la voz no sólo venía del otro lado del teléfono... también de detrás de él. Se giró casi temblando para encontrarse de frente contra aquel tipo.

-Bu.-dijo sonriendo, esta vez de forma macabra y dejando que sus ojos azules de hombre lobo relucieran.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Oye Derek.-Scott y él estaban en el bosque entrenando.- ¿Puedo preguntarte algo? 

-Claro.- guardó las garras.

El lobo y el corderoWhere stories live. Discover now