La ¿cita?

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No pensaba recoger la casa. No pensaba ponerse elegante, ni hacer nada del otro mundo. Tenía que mantener a Stiles alejado de su vida antes de que saliera dañado. 

Recordó cómo su primera novia había muerto en sus brazos. Después, la imagen de Kate alejándose de él tras matar a su familia. Él sabía que ella era la que había provocado el incendio, aunque los Argent jamás se lo habían reconocido. 

Todas sus relaciones acababan siempre tan mal... todos a su alrededor acaban muertos. No quería que ese chico con toda una vida por delante, por idiota que fuera, muriese por su culpa. No otra vez.

Si se esforzaba demasiado, tal vez podía acabar en algo más que aquella relación sexual. Y eso podía ser fatal. Un alfa no podía tener pareja humana, sería un blanco fácil, y lo más probable es que acabase muerto alguno de los dos. Debía quedarse como sexo, nada más.

De cenar preparó unos burritos de carne y pollo. Sin duda le gustarían. No quería esforzarse demasiado, pero todo lo que cocinaba le salía muy bueno. Llevaba muchos años de práctica.

Ding dong.

Stiles llamó a la puerta.  Derek se apresuró a abrirle, pero espero unos segundos antes de hacerlo, para que no se notara que había ido rápido. Al fin y al cabo, estaba algo nervioso por aquella situación. 

Aunque no más que Stiles. Podía oír el corazón del chico a mil por hora cada vez que estaban juntos. Sin duda alguna le ponía nervioso, y eso era divertido. Sus sonrojos eran adorables. Olió la colonia del chico desde el otro lado de lado de la puerta. También se había afeitado, la loción que usaba era reconocible. Derek sonrió y se sintió estúpido por ello. Mal empezaba. Se centró en parecer tranquilo y serio, y abrió la puerta.

-Bienvenido.

-Gracias.- le extendió una caja.- Toma.

-¿Un regalo? Stiles... nada de regalos...- un regalo significaba una relación más afectiva.

-Es un cinturón de castidad para evitar problemas.-dijo sonriendo.

-¿En serio?-le miró Derek levantando las cejas. De Stiles, cualquier cosa.

-Es broma. ¡Ábrelo!- dijo pasando e inspeccionando el lugar. Mesa puesta, cocina recogida... para no ser una cita no estaba tan mal.

-¿Palomitas y chocolate? ¿Qué clase de regalo es este? - dijo Derek dejandolo sobre la encimera de la cocina.

-¡Eh! ¿Dónde ha quedado el "nada de regalos"? - le dijo golpeandole suavemente el hombro.- No es un regalo como tal. Es... para cuando veamos algo luego. - se asomó a la cocina curioso. Cuando estaba nervioso no podía parar quieto. - ¿Qué hay de cena?

-Pesado, siéntate en la mesa y ya lo verás. -dijo Derek empujándolo atrás.

-¿Eso es carne...?-dijo mientras lo sacaba, intentado observar alguna otra pista.- Huele bien... ayyy ay!- exclamó cuando Derek lo sentó en la silla.- No vale. Eres más fuerte.

-Claro que vale.-sonrió.-Otras veces no te quejas de que te domine así.

-¡Derek!- Stiles se sonrojó.- Tengo hambre...-dijo al oír como le sonaba la tripa.

-Ahora voy.-rió levemente.

Era extraño. No había sido tan difícil entablar conversación con Derek. Pensó que tal vez seguiría siendo todo frío y con una barrera en medio de ellos, pero ambos parecían comodos, aunque Derek seguía estando distante. Debía esperar un poco antes de sacar conclusiones, pero para Stiles era como si de verdad estuvieran teniendo una cita. Stiles necesitaba despertar sentimientos en Derek hacia él. Necesitaba algo más que esa relación sexual que tenían.

El lobo y el corderoWhere stories live. Discover now