Despertó. Jake despertó y en estos momentos estaba yendo directo al hospital junto con Leah.
Había pasado ya una semana de enterarme que a Leah le gustaba Jake y yo seguía sin poder creermelo. Seguía repitiendo en mi cabeza la suerte que había tenido Jake al despertar hoy, dos días antes de el día que lo iban a desconectar.Estábamos felices sin duda alguna, el estaba ya bien.
— ¿crees que haya tenido un daño? — susurra Leah, tratando de que el taxista no nos oyera.
— No seas ridícula, veras que estará perfectamente cuando lo veamos.
— Quizás no me quiera ahí y solo te quiera ver a ti, ha sido un error venir también yo—la escuchaba arrepentirse y yo solo tenia ganas de darle un golpe en la cabeza.
— No pienses así, tu también tienes el derecho de estar ahí. Además creo que le vendría bien nuestra compañía.
— Hemos llegado señoritas —la ronca voz de el señor me distrae y volteo a pagarle, salimos y el arranca, vemos el edificio y antes de entrar Leah habla nerviosa.
— ¿Crees que este feliz al vernos? — pregunta nerviosa.
— Estará encantando.
— ¡Largo! No quiero, no quiero, no quiero. Por favor... —lloraba agitado y aventaba la avena que recién la enfermera le había traído para comer.
Creo que no tomo bien nuestra presencia. Pero, ¿por qué?
— ¡Solo queremos hablar! —le grito tratando de tranquilizarlo.
— No merezco verte, soy una persona miserable... —llora silenciosamente y yo me acerco lentamente. Levanta la mirada y después la pasa a Leah.
— Tu tienes la culpa...—dice con evidente rencor— ¡largo! — Leah empieza a llorar, mientras retrocede, me mira apenada y sonríe débilmente.— Mejor te veo afuera. —yo asiento apenada viendo como desaparece por la puerta, Jake se tranquiliza y me mira con decepción.
— Hice estupideces y tú vienes a verme sin importar qué. Eres la mejor —dice nostálgico y yo asiento acercándome temiendo que de descontrole de nuevo.
— Ven, quiero verte mejor, ha pasado tiempo , ¿no? —sonrió débil y me siento en la silla que esta a su lado— estás igual o más bella de lo qué recordaba, abel.
El ceño se ha fruncido al escucharle decirle por otro nombre y lo corrigo inmediatamente.
— Mi nombre es Allyson, no Abel.
El arruga su nariz y abre los ojos sorprendido.
— Allyson, de qué hablas, yo no dije Abel, dije allyson. Estás alucinando ya... —se ríe y yo sonrió, no le discuto nada y lo dejo pasar.
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Allyson: Después de mi primer amor [02]
Teen FictionNO leer esta historia si no has leído la primera parte, " El chico del autobús ". »Vivo de tu recuerdo, amor« Tras la muertes de sus seres queridos se ve forzada a rehacer su vida mudándose a Washington D.C para estudiar la universidad. La vida de...