Allyson: Después de mi primer amor [02]

03; Empezando con el pie izquierdo.

Los días que quedaban de " vacaciones ", por así decirlo, ya había acabado, me encontraba en el baño, aseandome para el primer día en la Universidad, termino de ponerme el sostén y seguido me pongo la blusa blanca con dos franjas en los costados de la manga color negro. Me abrocho el pantalón negro y salgo, veo a Ethan abrochándose la camiseta de botones, me volteo avergonzada.

— No hay problema si me admiras.—  y ahí va otra vez con eso.

—  No creo que eso sea de admirar— digo fingiendo desinterés...¡claro que miento! ese maldito abdomen es para lamer, joder. 

Inhaló y exhalo tranquilizandome, siento un nudo en la garganta, aguantando las ganas de decir mis inapropiados pensamientos. No me doy cuenta que me sostuve de la toalla que tenía en las manos mientras tenía los ojos, ni tampoco que Ethan me miraba de manera extraña.

De pronto, suelta una carcajada contagiosa.—  ¿Que?— pregunto soltando la toalla.

—  ¡Por dios! ¡Parecía que estuvieras en medio de un orgasmo!, ¡oh dios, tu cara! — sus carcajadas son altas, me sonrojo por inercia. 

—  ¡Claro que no, bobo! 

— ¡Oh..si! ¡claro que si! — suspira antes de limpiarse una imaginaria lágrima, lo miró seria  — Que mal que no te tome una foto..

— No da ris...—

—  ¡Oh espera! ¡Si lo hice!— me interrumpe riendo de nuevo, me enseña su celular, me acerco y observo a detalle: Lo que veo soy yo, que hay que admitir que me veo graciosa, y si...parece que estuviera en medio de un orgasmo. Mis ojos están cerrados y mi boca entreabierta mientras mis manos aprietan de la toalla. Épico.

—  ¡Lo ves! hasta tu te ríes de ti misma.

—  Vale, es gracioso pero ni una palabra a nadie.

—  De todos modos aún no conoces a nadie...— eso último lo dice susurrando.

Touche, eso si me dolio.

  — Eres cruel...pero te equivocas, conozco a Noah. — algo es algo, ¿no?

  — Cruel es bueno...

 — ¡No te plagies mi libro favorito!— digo ofendida, pegando en el hombro, en su muy duro hombro.

  — Ya, ya, no te quejes tanto, fastidias.

 — Y tu deja de ofenderme todo el tiemp...— paró de hablar en cuanto me acuerdo de algo sumamente importante— ¿¡Que hora es!?— pregunto asustada, diablos no quiero llegar tarde.

  — Oh cierto,  — se fija en su muñeca la hora y después me mira— Media hora tarde...son las dos y media.

  — ¡Llegaremos tarde por tu culpa! — grito apuntando hacia él, tomó la mochila me la cuelgo y él hace lo mismo, lo siguiente que hacemos es correr.