Allyson: Después de mi primer amor [02]

20; Búsqueda implacable

¹|⁴ maratón.

Empecé a buscarlo, bajo tierra y en cualquier lugar donde se pudiese esconder de mi, tenía que decirle y explicar todo, no quería arruinar lo que apenas teníamos. El timbré sonó y no pude buscarlo más, entre a clase y no pude prestar atención, saqué silenciosamente el celular, hice un grupo y agregué a la hermana de Sam, Ethan y Noah.

» Un favor. Sí ven a Sam me avisan donde está, es urgente.. porfavor « escribí y a los pocos segundos vi como se aparecía que estaban escribiendo.

»¿Ahora que has hecho, niña?« respondió Ethan.

» Yo lo vi, estaba en los baños de entrenamiento, no sé si siga ahí, encargate de averiguarlo « Noah contestó.

» Gracias, y luego les cuento « escribí rápidamente.

» ¡Hey, gracias! Acaban de sacarme de el salón por el sonido de sus mensajes « el mensaje sonó y era de su hermana, me reí.

» ¿Hola? ¡contéstenme y no me dejen en visto! « guardé mi celular y lo escondí en mis pantalones, cheque la hora en el reloj que estaba arriba de la pizarra y faltaban quince minutos para salir a la siguiente clase. Me levanté de mi lugar y camine lentamente hacia el profesor, le toqué varias veces el hombro y volteó para luego sonreír.

— ¿Que paso, niña? —ese maestro era raro, siempre en lo qué llevaba me ha dicho así y resulta incómodo.

— ¿Puedo ir al baño? Tuve un problema —la vieja confiable, esto jamás fallaba.

— No se tarde —como si le fuera hacer caso, debía encontrar a Sam.

Salí del salón rápidamente y empecé a buscar por los salones solos, el baño donde me había dicho Noah pero nada, ya no se encontraba ahí.

— ¡Oye tú! —me grita una chica y la reconozco inmediatamente.

— Leah, ¿verdad? — pregunto en cuanto se acerca a mí. Ella asiente, abre y cierra la boca intentando decir algo pero nada sale de su boca.

— Y–o sé que no, nos conocemos muy bien pero quería saber si me podía juntar contigo, entiendo si no quieres. —dice rápidamente haciendo que trompezara sus palabras, me sorprendió que me haya dicho eso, yo jamás me atrevería pedir eso, no tengo sus agallas. 

Le sonrió y asiento — Claro, ya tenía tiempo sin verte, con suerte recuerdo tu nombre. —le digo.

— Lo sé, me desaparecí por asuntos personales pero, ¿esta bien si nos juntamos mañana? Ya me estaba yendo.

— No te preocupes y sí, yo también me iba.

— Hasta mañana.

— Adiós...— la vi alejarse y retome mi misión imposible.