Why are you coming back?

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¿Por qué regresaste?

—Cas.

Una sonrisa de alivio adornó la cara del rubio y se acercó a abrazarlo. Castiel se quedó de pie sin saber que hacer. Hasta cuando sintió el abrazo como antes, no lo devolvió con el anhelo que deseaba al principio de su llegada al infierno.

—Dean—

—Que bueno que te encontré, Cas, debemos salir de aquí. Sabía que el plan funcionaría, ahora solo debes usar tu mojo celestial y ambos saldremos de aquí. Buscaremos un forma, ángel —

Castiel miró sin expresión la palabrería soñadora del humano. Él había hecho todo un plan para ir hasta el infierno por él. ¿Cómo debía responder a eso? Lo amó demasiado, pero ahora no esta seguro.

—Dean—

—Vamos, Cas. No hay tiempo que perder, pueden venir más demonios—

Lo tomó de la mano y lo jaló para salir, pero Castiel lo detuvo.

—Dean, no entiendes. No puedo irme, menos contigo—habló tranquilo, sintiendo pesar por la persona que alguna vez amó con toda su existencia.

—¿De qué demonios hablas? Debemos correr—alzó la voz con desesperación.

—No Dean, no puedo hacer eso—respondió duro.

Dean lo miró confundido.

—¿Qué...?—

—No debiste venir por mí, no puedo irme de aquí. Fui condenado a estar aquí sin poder salir. Además, aunque quisiera, no puedo —quitó su mano de la del humano y la llevó a su abultado vientre.

El rubio fijó la mirada en esa dirección y se quedó fija ahí.

—¿Qué es eso?—habló bajito.

—Yo, espero un bebé de alguien más. No puedo irme por él, por esta criatura—

El humano no hablaba y el ángel debía irse, aún tenía hambre. Vió a Dean una última vez con compasión y decidió que lo último que haría por el era sacarlo de ahí.

—Puedo ayudarte a salir de aquí. No sé que que trato hiciste por tu alma, pero tal vez pueda romperlo y llevarte al cielo—

—No, Cas —respondió con dolor y rabia —Sabes porque lo hice y ahora merezco mi castigo, por pensar que estarías ahí para mí—

—Dean—

Nunca quiso ocasionar eso, aún tenía cierto cariño por el humano. Tal vez ya no como antes, pero aún lo ayudaría por los viejos tiempos.

—Te sacaré de aquí, vamos —Caminó, pero el rubio no lo hizo —Dean—suplicó.

—No, Castiel. No me iré sin ti—

El ángel sintió un dolor en el pecho, pero antes de poder hacer algo Crowley apareció.

—¡¿Qué haces afuera humano?!—gritó, y al ver al ángel ahí, temió por su vida. Lucifer no quería exactamente lo que acaba de pasar —Regresa a tu prisión por las buenas o tendrás peores castigos—

—Crowley—

Castiel se puso frente al humano protegiéndolo. Él demonio rodó los ojos, eso no debía de pasar. La llegada de ese humano traería problemas para todos, en especial para él.

—Castiel, sabes cómo son las reglas. Él vendió su alma y está en el contrato—

Castiel frunció el ceño.
—Entonces hablaré con Lucifer—

El demonio se sentía en un aprieto. El diablo no debería enterarse de esto y ahora el ángel quiere ir a discutir la libertad de lo que se supone no debía ver nunca.

—Castiel, esto traerá muchos problemas para ambos, te lo aseguro—

—No me interesa. Quiero que trates bien a Dean, yo iré a discutir personalmente esto—

—Bueno, fue bonito vivir mientras se pudo —dramatizó el demonio.

—Nadie morirá mientras esté yo. Ahora, haz lo que te dije —volteó la mirada al humano antes de irse —Te pondré a salvo, quieras o no —

Y el ángel se esfumó de repente. Dean miró al demonio con desconfianza.

—Ya oíste al plumero, mientras negocia tu libertad tienes que quedarte en tu jaula —dijo Crowley con fastidio.

Dean trataba de adivinar que pasaba aquí.

—¿Cómo conseguirá eso Cas?—

—No deseas saberlo, en serio no quieres—

—Dime —exigió con furia.

—Tal vez el plumero me pidió que te tratara bien, pero aún tienes un contrato que dice que puedo torturar tu alma lo yo desee —habló despacio y con autoridad.

Dean se quedó callado, pensando en cómo le haría su ángel. Lástima que Dean no notó que ese ya no era su ángel, le pertenece a alguien más.

Mientras, el ángel entraba con enojo a la sala del trono sin importarle las miradas de los otros demonios. Caminó decidido hasta Lucifer, esperando a que los demás notarán lo que pasaba y se fueran. Esto pasó de inmediato.

—Espero tengas una buena razón para hacer una entrada con ese dramatismo, hoy no estoy de humor para soportar esas cosas —habló Lucifer tranquilamente.

—Yo tampoco estoy de humor, menos con lo que me enteré —Lucifer alzó una ceja en tono burlón esperando que el ángel prosiguiera.—¿Cuándo pensabas decirme que Dean estaba aquí? —apretó los puños con furia.

El diablo entrecerró los ojos y se levantó de su trono para quedar cara a cara con el otro ángel.

—Es una alma más que hizo un contrato, eso es parte de lo que no puedes ayudar o saber. Yo soy el rey aquí, soy quien decide si sabes algo o no —lo amenazó. Castiel revisaba su expresión con furia.

—Puedes mandar a los demonios a tu antojo, pero yo no soy como ellos —habló entré dientes

—¿En serio? —se rió con burla en su rostro —¿Qué te hace especial? ¿De qué te sirve ser un ángel, si fuiste enviado aquí para ser tratado como uno de ellos?—

—¿Eso es lo que piensas de mí? —relajó el rostro a un expresión de dolor —¿Soy un súbdito más aquí? —

—Oh, no. Eres más que un súbdito, eres mi perra personal. No lo olvides—

Castiel lo miró con sorpresa y dolor.

—Bien. Esta perra tendrá a tu hijo, y haré lo posible para que te odie como yo lo hago. Como tú lo hiciste con padre. Parece que no eres mejor que él después de todo—

El ángel iba a salir, pero Lucifer lo detuvo del brazo. Lo presionó con fuerza, sacando un gruñido de dolor a Castiel.

—Yo no soy como él —escupió en su rostro.

—Entonces, pruébalo —respondió enojado y salió de ahí.

Tal vez se equivocó respecto a Lucifer. Tal vez no se puede cambiar al diablo. No se puede cambiar algo que no quiere cambiar. Le dolía que Lucifer actuará así con él, después de todo. Pensó que tenían una buena relación, que se entendían. Parece que se equivocó.

Tal vez no hay nada que hacer por ellos. Por él. Pero hará lo que sea para sacar de esa cárcel a la única persona que si le importó. Sacaría a Dean de ahí. Cueste lo que cueste.

Viviendo con el diablo ✡ LustielWhere stories live. Discover now