Unexpected events

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Eventos inesperados




Esa vez se levantó de una siesta, y ahí estaba lo extraño. Él no necesitaba dormir. Y lo más extraño, se levantó con cansancio, como si necesitara dormir más. No sabía si le estaba sucediendo algo, pero le dejó pasar. Siguió trabajando con Lucifer como lo hacía, su relación era cotidiana y llena de sexo.

La siguiente vez que sintió algo extraño fue cuando estaba checando unos contratos y su estómago se retorció de forma extraña. Jamás había sentido algo así, por lo que sintió algo de pánico y le contó a Lucifer. Entró en la sala del trono y por suerte lo encontró sólo.

—Lucifer, algo está pasan...—

No alcanzo a terminar cuando sintió un líquido en su garganta que lo hizo callar de inmediato. Lucifer le dio toda su atención y frunció el ceño al ver como se detenía.

—¿Tienes algo que decirme? —preguntó impaciente al ver como seguía callado con una extraña cara.

Castiel abrió la boca y lo que obtuvo como respuesta fue al ángel vomitando algo parecido a agua. Sólo se dobló un poco y siguió expulsando el líquido. Lucifer se acercó algo preocupado.

—¿Qué demonios te está pasando?—alzó un poco la voz

—No lo —vómito —Sé —y se detuvo por fin tratando de recargarse en una mesa.

—¿Tomaste o comiste algo? —

—No comemos —respondió efusivo

—¿Entonces...?—

—Es lo que venía a decir, algo me está pasando y no se qué es —habló con su típica voz ronca una vez que pudo responder con calma —Desdé hace un tiempo he tenía ciertas reacciones que no son comunes; me he quedado dormido y he sentido un movimiento inusual en mi estómago —

Lucifer llevó una mano a uno quijada pensativo.

—Sé quien podrá ayudarnos —

Tiempo después...

—¡¿Quieres que traiga a esa mujer aquí?! —gritó enojado Crowley —¡Jamás! —

—Cuida tu tono al hablarme, doggy —Lucifer lo tomó de cuello —Aún soy tu rey, y el diablo que no dudará en matarte —

Crowley asintió y por fin lo dejó. El demonio respiró abriendo los ojos.

—Bien, la traeré pero no estoy feliz con esa idea —y desapareció.

—¿A quién fue a buscar? —preguntó Castiel confundido.

—Una antigua servidora que nos ayudara con tu problema —respondió sin darle importancia.

Castiel frunció el ceño pero asintió, tiempo después llegó Crowley con una mujer de cabello largo y rojo. Ella vestía muy elegante y caminaba con superioridad.

—Lucifer, señor —hizo una reverencia y habló con un acento casi similar al de Crowley.

—Rowena —sonrió coqueto —tengo una tarea para ti —

—Claro, mi señor. ¿Qué desea que haga por usted? —

La mujer miraba con la misma coquetería que Lucifer a ella, mientras Castiel los veía molesto.

—Necesito que hagas un conjuro para saber que le sucede a mi ángel aquí presente —

Señaló a Castiel, quien lo miró molesto. La bruja reparó en la presencia del otro ángel y sonrió.

Viviendo con el diablo ✡ LustielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora