Capítulo 14: Análisis musical

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El silencio inundó el aula y Changkyun se quedó paralizado; su corazón se detuvo y su cerebro había dejado de funcionar: no sabía si había escuchado bien o si tan solo se lo había imaginado.

¿Salir... con Wonho? ¿Yo?

Viendo la expresión de Changkyun, el mayor se mordió el labio, arrepintiéndose de haberle pedido salir. Sin embargo, quería que aquel adorable chico fuese su novio, quería abrazarle y besarle siempre que quisiera, tenerle solo para él.

Entonces, se empezó a escuchar a gente acercándose por el pasillo: las clases debían estar a punto de comenzar. Inmediatamente, ambos se tensaron y el pelinegro le empujó para poder bajarse de la mesa.

Sin mirarle a la cara, se fue en silencio a su pupitre de la ventana y se sentó. Wonho se quedó mirándole desde el mismo sitio mientras los alumnos entraban en el aula: no le iba a presionar a que le diese una respuesta pronto. Sabía cómo era Changkyun, lo mejor sería tener mucha paciencia y esperar.

Al final merecería la pena.

—Disculpa... —Wonho dio un pequeño respingo y se giró hacia la chica que le estaba hablando. Parecía avergonzada por tan solo dirigirse a él—... este es mi sitio.

El castaño vio le estaba impidiendo sentarse en su pupitre y se hizo a un lado.

—Perdón, no me di cuenta —se disculpó, dedicándole una de sus sonrisas encantadoras. La chica soltó una risita y empezó a jugar con su pelo.

—¿No eres Shin Hoseok? —preguntó con interés—. ¿Qué haces en un aula de primero?

—Vine... a hablar con un amigo.

Instintivamente, miró hacia el pupitre de Changkyun, el cual los estaba observando fijamente. En cuanto sus ojos se encontraron, el pequeño chico se giró apresurado hacia la ventana, haciendo que los labios de Wonho se curvaran.

—¿Con ese rarit...? Digo, ¿con ese chico? —Wonho volvió a mirar a la chica y asintió frunciendo el ceño—. Ah... y yo que pensaba que no tenía amigos —añadió con una risa nerviosa.

A Wonho no le gustó nada lo que estaba oyendo, pero aun así se dirigió a ella amablemente.

—Sí, es un poco rarito —dijo alzando la voz para que Changkyun le oyese—. Pero la verdad... yo lo encuentro adorable, ¿no crees?

La chica se quedó sorprendida; parecía que iba a decir algo, pero antes de que lo hiciese, el castaño inclinó levemente la cabeza y se marchó de allí, con una sonrisa satisfecha en el rostro.

Changkyun siguió fijando la vista en la ventana y se puso la capucha de su sudadera. Sentía que sus mejillas estaban ardiendo y quería taparse para que nadie lo notase.

—Idiota... —murmuró avergonzado.

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Cuando abrió la llave del grifo y el agua caliente se deslizó por su cuerpo, Changkyun soltó un suspiro y cerró los ojos. Todos sus músculos se relajaron y empezó a tararear su canción de rap favorita mientras se enjabonaba el pelo.

Aquel día había sido duro, pero no estaba cansado. Estaba de buen humor a pesar de haber tenido clase hasta las seis de la tarde, y después haber estado hasta casi las nueve de la noche ensayando su recital de piano. Si no fuera porque iban a cerrar la facultad, se hubiese quedado más tiempo.

Ahora volvía a disfrutar tocando el piano: ya no lo veía como una obligación, sus dedos volvían a ansiar crear melodías. Últimamente se sentía más motivado, más... feliz.

A dos notas de tu corazón [WonKyun]Where stories live. Discover now