Parte 2

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—Señor Lux, si no es mucho pedir puedo acompañarlo en su siguiente exploración por alimentos, juro haré lo que me pidan. — Dijo Arthur con toda resolución.

Con una gran sonrisa en el rostro y el vaso de café en su mano derecha, se encontraba sentado en una silla vieja de madera, frente a Lux Arqueides y separados por una vieja mesa.

Arthur tenía confianza que salir de la cueva no era tan complicado, esos dos siempre regresaban ilesos de su exploraciones, aun sabiendo de los peligros del exterior, le seguía pareciendo una exageración. No había salido nunca del refugio, para colmo era uno más de los nacidos y que su crecimiento se había llevado en aquel lugar, no sabía exactamente cuándo empezó todo, ni el porqué de esas criaturas.

¿Si nosotros los creamos tiempo atrás porque nos atacan? Esas preguntas rondaban la cabeza de Arthur cuando se volvió más consciente de su entorno. Escuchaba que era imposible razonar con ellos, simplemente mataban al cualquier humano que encontraban sin dar oportunidad de huida, y si sus víctimas mostraban resistencia mayor a la que podían controlar se autodestruían llevándose consigo pueblos y ciudades enteras.

—.......... — Lux de un sorbo tomó la mitad del café en su vaso, observando la expresión eufórica del muchacho de dieciocho años.

— ¿señor Lux?

—Estas seguro, mocoso. Afuera no está ni Lucia, ni tu hermana mayor para protegerte, simplemente morirías en un descuido. — dijo con dejadez y tono sarcástico, riéndose, mientras volvía a llevarse su taza de café a la boca.

—Estoy seguro de ello.

—Sabes, Marx y yo estamos locos. Somos suicidas del día a día. —Mirando al joven con desgano.

— ¡No importa yo quiero ir con ustedes y ayudar al refugio!

— ¿En realidad crees que esto lo hacemos por el refugio?— preguntó Lux con un tono perverso al inocente joven de dieciocho años que desconocía el mundo en su esplendor.

— ¿Qué quiere decir señor Lux? — preguntó intrigado, con una expresión llena de duda en su rostro.

— Idioteces no me hagas caso, — sonrió Lux, para luego sentenciar con una seria mirada —pero no iras por más que ruegues, ¡mocoso idiota!— bebiéndose todo el café.

Se levantó de la silla y salió de la casa de Arthur, sin mirar en ningún momento los caídos ojos negros de Arthur Eslevian.

No, era un siempre un "no" para Lux Arqueides.

*****

El cielo oscuro estrellado de una infinidad de estrellas coloridas y brillantes, junto a una brillante luna azul, eran lentamente ocultadas por las oscuras nubes de la noche. Las tenues sombras de los últimos edificios en ruinas que se mantenían en pie, se combinaban con la profunda oscuridad, volviendo casi todo imperceptible a la vista humana.

Y bajo todo este escenario oscuro, un joven humano vivía la más peligrosa experiencia, donde su vida estaba en un peligro eminente.

—Ah, ah, ah...— « ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡No puede ser!» Arthur corría desesperadamente.

Su respiración era errática, el corazón latía igual o más de cuando creía que iba morir por una mina, aunque ya se sentía cansado seguía corriendo sin detenerse pues sería asesinado por aquella cosa.

— ¡¿Por qué me sigue a mí?!

Era la segunda vez en una situación de peligro, había abandonado el equipaje del cual era encargado llevar minutos atrás solo para aumentar su rapidez, solo le importaba vivir y nada más. Aunque sabía que le sería imposible escapar de aquella cosa conocida como Cleanser, siguió corriendo esquivando todos lo que se le presentaba en su camino.

Neo 2.0--Volumen 01(completado)Where stories live. Discover now