Parte 4

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— ¡H-Hay alguien! ¡P-Por favor ayúdenme! ¡Po-Por favor! ¡A-A-Ayudaaa!

La quebrada voz de Leandro se perdía entre los escombros, se encontraba en uno de los túneles que llevaban al sector B y consigo al túnel principal. La mitad de su pierna derecha era aplastada por los pesados escombros. Tenía más de una hora en ese lugar o quizás más, había perdido la noción del tiempo después de media hora y aun así, seguía atormentado por aquella voz que flagelaba su mente.

— ¿Cómo terminé así?—Se preguntó mientras recordaba aquella risa siniestra.

Unos minutos atrás de ser cubierto por la luz blanca azulada, Leandro se encontraba en los túneles inferiores del sector C. En el momento en que luz extraña cubrió todos los túneles del refugio, él se dirigía a su casa-cueva, esta se encontraba en los túneles superiores del sector B; sin saber cómo reaccionar ante tal fenómeno extraño, solo se quedó inmóvil esperando lo que sea que esa luz traía.

Después de aquello, todo fue confuso y sólo recordaba que corrió.

Corrió sin detenerse a pensar, buscó una salida con desesperación, tropezó con tanta gente en los pasillos angostos sin siquiera importarle más que él. Aceleró por los pasillos anchos, esquivando a toda persona en su camino. Al final, así llegó a los pasillos del sector B cerca del túnel principal a la salida.

Tenía miedo, más de lo que nunca se había imaginado. Leandro a sus treinta y tantos años tenía miedo. No quería morir, aún no se sentía listo para aquello.

¿Pero quién estaba listo para morir?

Y más en la situación de Leandro, el cual hasta ahora no tenía nada cercano a una novia, una persona completamente sola.

Hasta ahora había seguido el camino que su maestro le había enseñado. Sabía que no era un médico y que el aprendizaje obtenido no era suficiente para considerarse como tal; sus habilidades le permitían ayudar con enfermedades comunes, saturar heridas o calmar dolores del cuerpo. Pero eso no bastaba paras ayudar por completo a los habitantes del refugio.

¿Cuántas personas habían muerto sin por hacer nada?

Por esta razón, sabía que muchas personas no confiaban en él, además los artefactos con los que contaban: La mayoría se encontraba sin calibración o completamente dañados. Y lo que hacía como médico, la señora eltio podía hacerlo con sus habilidades sobrenaturales, sin usar artefactos, medicina o métodos semi-científicos. En conclusión, era un inútil en lo que principalmente era.

Pero aun así, no importaba aquellos grandes detalles, él solo quería vivir.

No era el único que corría, muchas personas se dirigían al mismo destino, de un momento a otro cambio de ruta. La razón, escuchó unos gritos desgarradores, provenían de las personas que se encontraban muchos pasos adelante.

—Jajajajajaja, jajajajajaja...

— ¡Haaaaaah! ¡Waaaaah ¡Haaaaah!

— ¡Waaaaah! ¡Haaaaah! ¡Waaaaah!

—¡Aaaaaaah! ¡Waaaaah ¡Eaaaaah!

La voz de la eltio Folsy Yvetania se escuchó por el sistema de comunicación instalado por todo el refugio, se notaba su tono de molestia e ira en cada palabra.

<<Les pido a todas las personas que sepan manejar un arma, acercarse al almacén de decomiso del sector "A", para ejecutar un plan de contención, sobre un intruso de alto riesgo dentro de nuestro hogar>>

Neo 2.0--Volumen 01(completado)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant