~Una Última Vez~ <Finalizada>

Capítulo especial #2 parte 1

POV Luke.

Mi vida después de él se vio consumida por un constante ir y venir en un camino lleno de penumbras y oscuridad. 

Incluso para mí mismo era tan estúpido el hecho de verme tan afectado respecto a él, pero debía admitir que había sido mi culpa por sentir calidez al verme reflejado en esos profundos ojos con grandes pestañas, al sentirme como en casa cada vez que veía su brillante y estúpida sonrisa. 

De alguna manera, aquel demonio de cabello perfecto terminó convertido en todo aquello que yo siempre buscaba pero que, lamentablemente nunca logré tener. 

Hacía menos de un año que había desaparecido de su vida, y en ese lapso de tiempo me di cuenta de algo; El amor, ese sentimiento humano tan cálido y acogedor, no existía en mi interior desde el momento en el que le dije "adiós". Y es que en realidad, ya no sentía nada, por que todo se había quedado con él y su estúpida sonrisa.

Siendo honesto, podría tener a quien yo desee, sin importar si es hombre o mujer, pero entonces, ¿porqué seguía enfrascado en su estúpido mirar? ¿porqué seguía aferrado a este amor sin cesar? ¿Porqué al recordar sus palabras, aún me hacían suspirar? Incluso si el sonido de su voz no estaba dirigido a mí, incluso si sus ojos no me miraban a mí.

¿Porqué no lograba dejar de sentirme terriblemente idiota por haberme enamorado de alguien como él? 

Mi situación era patéticamente estúpida y sin sentido; quizá ya ni siquiera existían tales sentimientos de amor en mí y yo continuaba aferrado a la idea de dejarlos seguir torturando mi cabeza cada noche, sólo para sentirme vivo, para saber que todo había sido real. 

Era una guerra constante. Y hay que admitirlo, no existía una guerra tan perfecta y dolorosa como la que tu mente y corazón creaban cuando te exigías exterminar cualquier rastro de amor en tu vida. 

Me mantenía vivo a base de alcohol, y almas mediocres que terminaba robando a los shinigamis.

Había estado ya en todos los bares de Londres, y todas las noches terminaban en la misma rutina. Entraba al bar, pedía un trago de cada una de las botellas disponibles, terminaba ligeramente ebrio y entonces,antes de entrar en mi locura demoniaca, me largaba de ese lugar. Hambriento y sediento de sangre. Los humanos eran tan estúpidos como para morir por cosas sin sentido, pero estaba agradecido, nunca me había gustado matar para alimentarme.  

Una de esas tantas noches, fue cuando la conocí, la llueva caía estrepitosamente y torrencial sobre las calles de la ciudad, el olor fétido de la muerte se acrecentaba mediante yo me acercaba a aquel callejón. Seguí avanzando hacia ese lugar, los dioses de la muerte no tardarían en llegar y debía aprovechar el poco y nada del tiempo que quedaba. 

Un pequeño hilo de sangre que llevaba a un charco de ésta misma, y sobre ello... Su cuerpo herido. Al arrodillarme para tomar su cuerpo entre mis brazos, noté sus ropas rasgadas, heridas profundas en puntos vitales, sus ojos yacían ligeramente abiertos, al igual que sus labios. Sus mejillas rojas y marcadas a causa de lo que suponía eran golpes al tratar de luchar, era claro que su muerte estaba destinada a ser lenta y dolorosa. 

Sin entenderlo mi cuerpo reaccionó por inercia y tratando de salvarla, ejercí presión en sus heridas, logrando parar levemente el sangrado con mi camisa rota en pedazos que hacían el papel de torniquete, respiré más tranquilo pero al sentir la presencia del shinigami pelirrojo, aquella calma se alejó de mí.