capítulo 21

1.9K 189 16
                                    

El pecho de Ciel era un subir y bajar descompasado, ¿Iba a luchar por él? ¿A eso iba? era patético. Él mismo dijo que no podía sentir, entonces, ¿Porqué? ¿Porqué había vuelto con palabras absurdas?

Cuando el joven llegó a su habitación, azotó la puerta. Se dejó caer sobre sus rodillas y tomó sus cabellos, lleno de frustración. Quería llorar, gritar, golpear y destruir todo aquello que se le pusiera en frente. Mientras que abajo, un Sebastian atónito se encontraba aún decidiendo que hacer, si se quedaba ahí abajo tal vez sería más difícil enamorarlo de nuevo; Pero si subía quizá de forma inconsciente lo presionaría y todo se iría a la mierda, una vez más. 

Aún así, intentó subir...Pero el brazo del ya conocido Tanaka, aquel a quien Sebastian tanto admiraba

-"No permitiré que subas, Sebastian".-

-"¿Porqué?"-

-"Le has hecho mucho daño, no sabes cómo ha pasado sus días desde que te fuiste. No sabes la de pesadillas que ha tenido que soportar. Las lágrimas que ha derramado. Todo por ti".

-"Pero quiero remediarlo, por eso estoy aquí. Señor Tanaka, usted sabía de mi naturaleza desde el comienzo, nunca me impidió acercarme a él, nunca desconfió de mí".-

-"Sebastian, escucha; yo dejé que el joven amo continuara tu lado,por que sabía que cuando llegase el momento,  le habrías tomado tanto cariño que no hubieses sido capaz de acabar con su vida. Permití que ustedes desarrollaran su relación más allá de lo normal entre amo-mayordomo, por que según yo, jamás hubieses sido capaz de lastimarlo. Y que ingenuo fui al pensar eso."- La mirada del demonio se apagó por unos instantes, mientras bajaba la cabeza.-"Por eso, te voy a pedir que por favor, le dejes vivir su vida en tranquilidad, nosotros lo protegeremos con la nuestra de ser necesario. Sigue siendo un niño, Sebastian. Él no se merecía lo que le hiciste".- El mayor movió su mano, colocándola en el hombro del demonio. -"Por favor, retírate."- susurró amablemente, mientras le soltaba y se alejaba de ellos. 

-"Vámonos, Luke".- Murmuró Sebastian apretando los puños, y mordiendo su labio con impotencia. No volvería a llorar por algo como esto. Los sentimientos eran algo estúpido, algo inútil. Una completa pérdida de tiempo. Algo que sólo una raza tan baja como lo eran los seres humanos, se preocupaban en tener. ¿Amor?  ¿Qué era eso? Él sólo conocía el odio, el dolor, el rencor, la venganza. ¡Para eso vivía! Esa era su naturaleza. 

-"Pero, Sebas..."-

-"¿No me has escuchado? he dicho vámonos. ¿Qué no ves que esto ha sido una pérdida de tiempo?" - Le interrumpió gritando con una tono de voz más grave que de costumbre, su mirada se había vuelto a apagar. De nuevo, justo como cuando lo encontró. Lo tomó del brazo y lo llevó fuera de la mansión.

-"¿Te vas a rendir así de fácil? ¿Después de toda esa determinación que tenías? ¿A pesar de lo que sientes por él?"- Luke apretó los dientes, lleno de rabia. se zafó de su agarre y sus ojos tomaron su ya conocido color rosado púrpura.- "Siempre eres tan cobarde, tan idiota como para dejar ir a la persona que quieres sólo por al..."-

-"¿Tú diciéndome algo como esto, Luke? ¿No fuiste tú quien renunció al amor de tu vida, para que luchara por el amor de su vida?"

-"Eso es algo distinto."-

-"No, no lo es. Has renunciado a quien más quieres, yo he hecho lo mismo. Fin."-

-"El fin justifica los medios, Alec. Yo lo hice para verte feliz y no sabes cuánto me duele. Tú lo haces por miedo a ser rechazado. Y aunque renunciaras a él, ¿Qué caso tendría esto? El que tú lo ames, y que yo te ame. ¿Eso querías? ¿Terminar con su vida, para después conseguirle otra y consumir la mía? ¡Te lo llevaste todo! ¡TODO! Demonio estúpido, imbécil, cobarde. ¡Hijo de puta, destruye sentimientos! ¡Te odio!" - La paciencia había terminado. Luke había hecho de todo por verlo feliz y si eso no bastaba para darle las fuerzas necesarias para luchar por ese niño de mirada azulina, ya nada lo haría.

-"No te mientas, Luke. Tú no me odiarías ni aunque tu vida dependiera de ello. -suspiró- Lo amo cómo no tienes idea, pero no puedo obligarlo a corresponderme. Sigue dolido, lo he dañado bastante. Tú mismo lo has escuchado. Yo nunca lo vi llorar, no realmente. Ese niño, era el niño más fuerte que había conocido jamás, y yo logré hacerlo llorar, ¿sabes que significa?"- Ambos rostro se miraban con cierto cansancio. Con pena mutua.-"Que estoy hecho para eso. Sólo mírate, estás apunto de romper en llanto, por mi culpa. Tú, el príncipe del averno llorando por un simple vasallo".- Murmuró rendido. Cansado. 

-No seas tonto, sebastian. No te rindas, no hagas que esto sea una pérdida de tiempo.- Se acercó lentamente a él, y lo abrazó con fuerza-Por favor, no hagas que me arrepienta de renunciar a ti.-  los brazos del otro también lo estrecharon con fuerza entre ellos.

-Vale... Pero han sido muchas cosas en un sólo día. Vayamos a casa, no voy a desistir pero por hoy... no tengo muchas fuerzas para luchar.- se separaron, Sebastian sonrió y comenzó a caminar. 

-Oye... ¿Te molesta si llego un poco tarde hoy? Necesita arreglar algunas cosas con alguien.- Sebastian se giró y le miró confundido.

-Claro, pero ¿A dónde vas? ¿Quién es ese alguien?-

-Sebastian, esto no tiene nada que ver contigo. Ahora si me disculpas.- Dijo el mayor, dando la vuelta y se fue. Sebastian, suspiró y volvió a tomar su camino rumbo a casa.

~Una Última Vez~ <Finalizada>Where stories live. Discover now