Capítulo 6: Viaje al pasado.

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—Bueno, dejo que habléis, pero no llegues tarde a mi clase, Reyes —la señaló con el dedo y recordó cuando era ella la que le advertía de que fuese puntual.

—Ni se me ocurriría llegar tarde a tu clase, profesora Woods —qué bien sentaba llamarla así, le hacía corroborar que, efectivamente, había servido todo para algo.

—Si quieres, vamos al pasillo —ofreció Patrick.

—Ahora voy —contestó, y cuando le vio salir, se giró hacia Alexa, se observaron unos segundos antes de sonreírse—. ¿Te viene bien el jueves por la tarde?

—El jueves está genial —le guiñó un ojo, sabía cómo eran cada uno de sus gestos, y ese guiño no iba con otras intenciones, aun así, le alegraban las confianzas—. Anda, ve a hablar con el señor Estrella, e intenta no caer en sus redes maléficas, por favor —por eso no debía preocuparse.

—No tardo —aseguró, y fue hacia donde la esperaba Patrick para concretar una cita al día siguiente en su despacho y empezar con su investigación conjunta.

X X X

¿Que estaba nerviosa? Mucho. ¿Que se moría por volver a verla? Debía ser sincera consigo misma, y decir que sí. La había visto durante las clases, pero apenas compartieron palabras. Desde luego, no iba a ser como esa tarde, donde iban a "ponerse al día" e iban a estar las dos solas.

No le había dicho nada específico aún a Lexa, ni a sus padres, de su reencuentro, pero es que Raven Reyes volvía a estar en su vida. Pensó que estaba increíble, pero eso era obvio, no había más que verla, y el verano le sentaba de maravilla. Ya la atrajo la primera vez que la vio en su vida esa piel bronceada, sobre todo sus piernas. Tuvo que contener una sonrisa al acordarse de ese momento, justo cuando fue a recoger a su hermana en la estación: "¡Vaya piernas!". Y menudas piernas seguía teniendo, pondría la mano en el fuego al afirmar que estaba mejor que antes, porque había cogido algo de peso. Cuando estuvieron juntas estaba delgada y fibrosa, obviamente no estaba en su mejor momento, por culpa de algún indeseado; ¿pero ahora? Dios bendiga esas caderas y ese culo; se apostaba a que seguía haciendo deporte y que todo estaba más que en su sitio. Y era una cochina. Pensar en sus piernas y caderas no estaba ayudándola en nada.

¡Deja de pensar en su físico, que nos conocemos!

Y sí, su yo más interno tenía razón, porque le faltaba babear y Raven tenía que estar a punto de llegar. Cogió su móvil cuando lo notó vibrar en su vaquero, y abrió las notificaciones para ver varios mensajes de Lexa y uno de Raven, el cual abrió el primero. Le había mandado uno antes de que iba a llegar tarde, retrasando la hora de la "cita", así que ella también se lo tomó con calma.

Raven Reyes

Conectado

Raven: Voy ya, Alexa.

Alex: ¿Quieres que te recoja en algún lado? He traído el coche.

Raven: No, no te preocupes. He cogido un taxi, debo estar llegando ya.

Alex: Vale, estoy en un banco sentada junto a la cafetería. Llevo una camiseta roja, para que me reconozcas.

Raven: Creo que estoy segura de cómo eres.

Alex: Ah, ¿sí?

Sonrió casi sin querer al teléfono, y casi se dio con la palma de la mano en toda la cara al darse cuenta del tonteo, otra vez. Cosa que le salía sola, pero no sabía si con Raven era muy recomendable. Mordió su labio y abrió la foto de perfil que tenía puesta. Se le veía de cintura hacia arriba, vestía con ropa deportiva y sonreía a la cámara, y reconoció el sitio, porque era una de las montañas donde se podía ir a hacer senderismo cerca de su ciudad en Phoenix. Y nunca había ido con Raven, pero sí con sus padres y su hermana; incluso un día llevaron a Juno a cuando empezó el buen tiempo ese año, para pasar el día en familia todos juntos.

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