Cap 3: No te rindas

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El día por fin llegó, no estaban del todo listos para lo que venía, pero no había marcha atrás.

Cada uno tenía asignada una habitación que compartían con otras personas de su género, aunque deseabas estar cerca de tu hermano ya que no conocías a nadie, pero pusiste demasiada objeción, al fin de cuentas eran ordenes.

La habitación que te asignaron era enorme, dentro había un total de 15 literas, 5 y 5 pegadas a la pared y otras 5 en medio de las demás. Cada casillero era asignado a una litera, así que se lo compartían. Mientras te recuperabas de las heridas que tuviste, una persona les dio a los dos algunas ropas viejas, para así deshacerse de las manchadas de sangre y tierra.

Te encaminaste a tu casillero y sacaste el nuevo uniforme que te dieron, aquel que les pertenece  sólo a los reclutas con su insignia de dos espadas cruzadas, te quitaste tus prendas y tomaste el pantalón beige, temías que no fuera de tu talla pero para tu fortuna te quedó junto como te gusta, la playera era de color amarillo tipo "U" de manga corta, no era tu preferida, pero era mejor que lo anterior

La mañana llegó rápidamente y no tuviste mucho tiempo para conocer a tus compañeras de habitación, además eran 29 chicas nuevas, algunas de ellas habían entrelazado palabras con otras y tu sólo las observabas. Retomabas la actividad que dejaste inconclusa, tomaste tus arneses y los colocaste, difícil para ti, ya que desconocías el método correcto para colocarlas.

Estabas tan desesperada de no poder colocarte las sogas que iban unidas a tu cuerpo, te las quitabas y comenzabas de nuevo, fuiste de las primeras en levantarte para comenzar el día y estabas siendo de las últimas en salir de la habitación para desayunar. Tu buena suerte cambio cuando una voz amable atrajo tu atención.

-Quieres que te ayude?- la dulce voz de la dueña hizo que dibujaras una sonrisa en tu rostro - Por favor, sino es mucha molestia- al confirmarle ella tomó los arneses y comenzó colocandolas adecuadamente, sin perder detalle en el método te surgieron las preguntas.

-Wouu quedaron perfectas!!, gracias!... pero dónde aprendiste? - La chica te sonrío y su semblante cambio a un más serio - Mi padre, él era soldado del Escuadrón de Exploración... de vez en cuando le ayudaba a colocarse los arneses- podías adivinar cual fue el futuro de su padre con sólo observar detenidamente sus ojos tristes.

-Hacías un excelente trabajo, por favor podrías mostrarme la próxima vez?- tratando de cambiar el tema y animarla, debido a que tocaste un punto frágil para la nueva chica frente a ti. Afortunadamente lograste tu cometido y se dirigió a ti con una bella sonrisa -Por supuesto!!, por cierto me llamo Freya y es un gusto poder ayudarte- te sorprendiste por el bello nombre de la chica, vaya que le quedaba, su belleza era inocente, su estatura esa un aproximado a los 1.55cm, sus ojos color miel y el cabello naranja, un color muy extraño para esos tiempos. 

-Claro que boba!, me llamo [t/n] y de nuevo gracias por tu ayuda- te sentías avergonzada ya que groseramente pediste ayuda pero no te presentaste debidamente, te sentías tan tonta en ese momento.

-Debemos apurarnos o nos reprenderán - la hermosa Freya te presionó para dirigirse a la salida de la habitación e ir a desayunar. A prisa colocaste lo faltante a tu vestuario  y salieron.

Fuera de allí estaba un chico recargado en la puerta con los brazos cruzados y se le veía bastante inquieto - Pero que demonios hacías allá adentro, no ves lo tarde que es!!! ya no tenemos tiempo ni de desayunar, vayamos directo al entrenamiento!!!- Dylan estaba ya con su uniforme de recluta, al ojo de las demás chicas era muy atractivo, pero estaba muy inquieto ya que en su primer día no quería llegar tarde - Anda apúrate, mañana vuelves a retrasarte y me las pagaras idiota- 

Te necesito conmigo (LevixReader - Levixtu)Where stories live. Discover now