Capítulo 14: Odio amarte.

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"Me pasan tantas cosas juntas
que se me parte la razón,
en mi cabeza yo te odio,
y mi corazón, mi corazón está con vos."

Cosas que odio de vos, Floricienta.

POV Rose

Los cambios no suelen agradarle a todo el mundo, de hecho, a casi nadie le hace gracia que de un momento a otro su vida tomé un rumbo diferente, sin embargo, para los Guardianes los cambios son ventanas de oportunidad. Cuando tenía diez años y mi entrenamiento en San Vladimir comenzó a intensificarse, la primer cosa que me enseñaron fue la volubilidad de la vida.

Nada permanece igual nunca, todos estamos parados sobre una especie de superficie giratoria que no para de moverse aun cuando creas que has permanecido demasiado tiempo en el mismo lugar, lo que parece rara vez es lo que es. No existen guiones ni instrucciones que vengan incorporadas junto con nosotros cuando llegamos a este mundo así que es nuestro deber ir recorriendo la senda y descubrir nuestro objetivo vital, usualmente hacemos una mientras nos partimos la cabeza por realizar la otra o viceversa y es que resulta que no somos perfectos ninguno de nosotros.

Moroi, humano, dhampir, todos compartimos características: somos insensatos, contradictorios, tenemos sentimientos que tratamos, en vano, de racionalizar y padecemos del mismo mal: La palabra "yo", y es que "yo debo, yo puedo, yo quiero, yo tengo que, yo no, yo, yo, yo", creemos que todo gira a nuestro alrededor, de no ser por un tal Galileo, probablemente seguiríamos pensando que el sol también lo hace, el egoísmo intrínseco dentro de nosotros es tan grande que el dios en el que cree la mayoría tiene nuestra apariencia, ¿por qué no puede ser un dinosaurio o una lagartija o sólo una masa de energía amorfa y super poderosa? Simplemente porque no podemos manejar la idea de que nuestro creador, si es que existe, pueda ser superior y diferente. Después de todo, somos la raza superior, el resultado de millones de años de evolución genética, lo mejor de lo mejor, sólo nosotros podemos salvar o destruir nuestro planeta ¿cierto?

Y está bien ser egoísta en ocasiones, el instinto de conservación nos indica que lo primero en lo que debemos de pensar es en nuestra supervivencia tanto como especie como individual pero somos estúpidos y usamos esa excusa para ponernos barreras que nos "protejan" del dolor, para alejar a las personas y que no consigan conocernos lo suficiente como para lastimarnos, para justificar las medidas extremas que tomamos para evitar enfrentarnos a nuestros peores miedos o, en el caso que pareciera más generoso, para envolvernos en un disfraz de superhéroe que nos coloque una diana en el cuello con el lema "sacrifícame por el bien mayor" o "sufriré y pagaré lo que sea con tal de proteger a quienes amo"

Pero ¿quién le pidió a aquéllos estúpidos que se sacrifiquen por los demás? Su ego y su estupidez. Dimitri fue egoísta y estúpido cuando me dejó, no pensaba en mí realmente porque de haberlo hecho aunque sea por un segundo se habría dado cuenta de que yo era lo suficientemente capaz de tomar mis propios riesgos y decisiones; él pensaba en que tenía que ser el héroe del año porque siempre lo había sido, porque era lo más cercano a un Dios entre los simples mortales y se olvidó que otro rasgo muy importante y muy humano también estaba dentro de él.

El amor y la capacidad de aferrarse a él con la que parece que nuestra alma viene incluida, si hay algo que puede sobrepasar todo lo otro es precisamente esto. No hay dolor mayor que perder al ser amado, mentira, sí lo hay, perderlo por haber tomado malas decisiones es mucho peor. Mentiría si dijera que no amo a Dimitri Belikov pero también estaría mintiendo si digo que estoy lista para volver con él. La razón me dice que lo que hizo es, hasta cierto punto, comprensible y que tal vez, de haber estado en su lugar, pude haber actuado de la misma forma pero también me advierte que el que abandona una vez, con la facilidad con la que él me dejó, bien puede desaparecer de nuevo sin mayor complicación. El corazón me late fuerte y me duele cada segundo, desde el día de la no boda no deja de reprocharme que no ceda ante sus deseos, quiere a Dimitri, quiere a su Dios ruso aunque la herida que le provocó aún no termina de cerrarse, probablemente jamás lo haga.

Lo aprendí de tiWhere stories live. Discover now