Cap 17

758 33 2
                                    

- Si me oculto bajo esta mesa¿él me verá? –

Nadine volvió los ojos hacia Sakura.

- Mujer¿qué clase de pregunta es ésa? –

- Una pregunta caprichosa – replicó Sakura mientras se sentaba en un taburete.

Después de las emociones que había vivido, tenía derecho a mostrarse irritable, pero no era el caso. No le agradaba que le atribuyesen la culpa de algo que no había hecho, de modo que con el propósito de defenderse adoptaba la actitud apropiada para enfrentar la furia de Syaoran.

Hubiera preferido evitarla. En realidad, habría sido mejor tener un lugar donde ocultarse un rato hasta que él se calmara. Pero no había un lugar así, por lo menos en la casa.

- ¿Volviste sola? – preguntó Nadine -. ¿Dónde está lord Syaoran? –

Sakura esbozó un gesto con la mano.

- Hubo cierta dificultad sin importancia con los prisioneros. –

De pronto lo vio, y sus ojos se clavaron en ella desde la entrada de la sala. Pero al parecer aún no estaba dispuesto a hablarle, pues la miró apenas un instante, y después se acercó a una silla vacía, frente a la mesa larga, y no a Sakura.

De modo que parecía dispuesto a regresar a su bebida y a sus entretenimientos, como si no hubiese estado a un paso de perder la vida. ¿Por qué esa actitud la irritaba todavía más?

- Nadine¿dormiré nuevamente contigo? –

- Sabes que no. Ya viste que hoy se han marchado lord Daidouji y su familia. –

- Si, pero preferiría dormir contigo. –

- ¿De veras? Pero ayer te quejarse porque habías perdido tu blanda cama. –

- ¡No me quejé! – exclamó Sakura.

- Vaya, vaya¿y por qué estabas tan malhumorada? –

Eso no merecía respuesta.

- Nadine¿por qué él fue a buscarme? No me demoré tanto. –

Nadine se encogió de hombros.

- Vio a Behn que entro y comenzó a relatar una escena que atrajo su atención. Milord envió a Maya a comprobar qué era. Esa muchacha tonta consideró sorprendente que los vikingos te recibieran como a una hermana perdida hacía mucho tiempo; y además dijo que después de ser abrazada por todos esos gigantes probablemente no te quedaría un hueso sano.

- Eso lo movió a buscarme. –

- No. continuó comiendo. Y yo lo observé. – Nadine sonrió. – El miraba las puertas, y esperaba tu regreso. Quizás al fin decidió que realmente tardabas demasiado. –

Y Sakura supuso que en ese momento Syaoran no estaba dispuesto a permitir que el rey advirtiese su cólera. Pero no dudaba de que ella soportaría después las consecuencias. No permitiría que el incidente fuese olvidado sin castigo, como había hecho con el intento de fuga.

Desvió la mirada hacia el lugar en que estaba Syaoran, pero no pudo verlo porque Eriol se había sentado a su lado y se interponía con su cuerpo. Terada estaba del otro lado de Syaoran, y desde el lugar en que se encontraba Sakura tampoco podía ver al rey.

Maya se acercó a Sakura, y depositó sobre la mesa una bandeja de madera. Sobre ella sólo quedaban unas pocas migajas de pan.

- Mira, tu pan les agradó – dijo Maya -. Milord incluso preguntó quién lo había preparado. –

- ¿Se lo dijiste? –

- No, temí que la mitad de los señores lo escupiesen, temerosos de que estuvieses envenenándolos. –

corazon salvajeWhere stories live. Discover now