Después de unos minutos, suspiró.

Se desenrolló de las sábanas y se arrastró hasta subir a la cama, donde tiró del tembloroso cuerpo de Kyungsoo hasta colocarlo sobre sus brazos, dejando que el sujetara la camiseta de su pijama y llorara contra su pecho cuanto quisiera. Más que nadie, Kyungsoo merecía ese apoyo; se merecía un hombro donde llorar, alguien que lo abrazara solo por abrazar. Un amigo, porque un amigo era todo lo que él siempre había querido.

— Oye, hombre, está bien. — Chanyeol murmuró ligeramente contra el perfumado y suave cabello. — Todo estará bien. Yo te cuidaré ahora. No llores...

— C-Chanyeol... — Kyungsoo susurró entre lágrimas. El pequeño apretó su camiseta con aún más fuerza, abrazándolo como si buscara un poco de estabilidad, algo de apoyo. — ¿Por... por qué?

— Yo también me pregunto eso. — Confesó, en un tono de secreto, casi con pesar. Y Chanyeol realmente se preguntaba eso. ¿Cómo una persona con tantas cualidades podía sufrir tanto, mientras personas crueles parecían tener el mundo en la palma de la mano?

— Una vez dijiste que ni el hijo del pastor cree en Dios y me preguntaste por qué yo si lo hago. Y creo que es porque necesito tener fe en que por lo menos a una persona le importo de verdad.

Pocas veces en la vida Park Chanyeol tuvo el corazón roto. Siempre encontró la colocación un tanto tosca, y de hecho lo era. Pero no podía encontrar una mejor manera de definir el estado en el que se encontró cuando Kyungsoo dijo eso, con la voz entrecortada por el llanto, los ojos hinchados, las mejillas húmedas por las lágrimas que no querían detenerse. Y mientras era lentamente absorbido en ese caleidoscopio de sensaciones, en un doloroso recuerdo de todas las veces que había lastimado al chico que estaba en sus brazos, tuvo la dolorosa comprensión de que Kyungsoo no debería estar allí. De todas las personas que merecían tener a alguien como él en los brazos, Chanyeol era la última.

Porque Kyungsoo era precioso.

Porque el mundo necesitaba más personas como él.

Y también necesitaba menos personas como Chanyeol.

• •

En un club nocturno, hay varios rostros desconocidos.

Jongin no conocía a ninguna de esas personas. Era el moreno nuevo de la gran ciudad. Pero Baekhyun siempre sería Byun Baekhyun de la Calle de las Causas Imposibles, y en una ciudad pequeña todos conocen a todos. Sin embargo, contra la pared de Black Light, no tenía un nombre. No mientras estuviera en los brazos de quien lo mantenía rehén en un apriete indecente. En algún momento una de las piernas de Jongin terminó entre las del otro, manteniendo juntos sus cuerpos. Podía sentir la respiración jadeante contra su rostro, y no pasó mucho tiempo antes de que los dedos de Baekhyun terminarán en su espalda, apretándolo sin delicadezas mientras Jongin comenzaba a sentir un bulto rígido e indecente tocando su muslo... El tan heterosexual Byun estaba excitado sin que necesitara hacer casi nada.

Jongin se rió contra su boca.

Baekhyun parecía sentir dolor cuando cerró los ojos, sus dedos envolviéndose dolorosamente alrededor de los brazos de Jongin.

— En el baño. Ahora. — El moreno mandó al pie de su oído, antes de alejarse abruptamente. Sabía que sería seguido mientras se perdía en la inmensidad de personas sin rostro, caminando hasta el baño de hombres. El lugar estaba sorprendentemente limpio. Los grandes espejos frente a los grifos le daban una imagen espantosamente frágil de quien en realidad era. Jongin apenas se reconoció a sí mismo. Parecía hecho de goma y se preguntó si todo eso valía la pena. ¿No estaba dañando su propia alma en busca de una venganza satisfactoria para todo el odio que burbujeaba en su interior? ¿No estaba haciendo algo peor que lo que Baekhyun hacia? Arrancándole toda su dignidad, queriéndole mostrar y probar que desde el comienzo él tenía razón...

Sobreentendido [taohun-chansoo/traducción]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum