Desatado pero no atado?

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"Quiero besarte"

Eso

Eso había dicho Chat noir. Con aquella voz tan suya. Tan masculina y  a la vez divertida. Tenía aquel toque travieso y chulesco del felino.

Marinette no sabía que hacer. Hace no mucho ese mismo gato había chupado su pecho como si de un pequeño niño se tratase. Eso la había avergonzado, claro está, pero no lo había detenido.
¿Que le sucedía? ¿Había perdido ya toda la razón por solamente unos besitos de un gato travieso?

Tragó saliva fuertemente. 

Sentía la mirada esmeralda del chico en ella, su respiración rozándole la nariz. Su olor era sumamente delicioso, un olor suave a menta y a hombre. Él respiraba pausadamente y dando inhalaciones largas y suaves.

¿La estaba oliendo?

-Ch-Chat...-Jadeó cuando sintió las manos del chico en su cintura. ¿Cuando las había movido de la pared? No se había dado cuenta.

Sus ojos temerosos se encontraron con los intensos ojos del gato. Ninguno parpadeaba, ninguno alejaba la mirada del otro.

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Chat noir dejó que otra profunda inhalación trajese más de aquel delicioso aroma que tenía la joven azabache. Olía a una mezcla de frutas y pan, que desde su posición podía disfrutar sin problema. Notaba el temblor y el miedo de la chica, odiando por completo que ella sintiera miedo de él. 

Pero él no podía aguantar mucho más. 

La había tenido tan cerca durante las clases, con aquella ropa tan sugerente y tan tierna a la vez. ¡Había querido posar sus labios en aquel pequeño ombligo durante toda la jornada lectiva¡

Ahora mismo su ropa de dormir tampoco le estaba ayudando demasiado a controlar sus impulsos. Su camiseta rosa dejaba de nuevo ver un poquito de su suave piel satinada, los pequeños pantaloncitos acolchados se le pegaban a las caderas y permitían ver sus largas piernas. 

Maldecía internamente sus guantes, por no poder tocar su piel directamente.

-Princesa...-Musitó acercándose un poco más a ella, sintiendo su pequeño temblor-Quiero....por favor....

Se sentía algo avergonzado de su propia necesidad. No hacía demasiado tiempo desde sus encuentros y ya no podía vivir sin sentirla entre sus brazos. Necesitaba verla a cada momento. Sentir como ella lo defendía sin pedir nada a cambio, creyendo fielmente en él y ...queriéndolo como nadie lo había hecho antes. 

De sus labios salió un ronroneo cuando sintió los finos dedos de ella entre sus cabellos. Buscó sus ojos automáticamente y sonrió cuando descubrió su dulce sonrojo. Uno de sus brazos le rodeó más la cintura y acercó su cuerpo al suyo. Ella respondió apoyando los brazos en sus hombros y él agachó el rostro para colocarse frente a sus finos labios de color fresa. 
Espero unos instantes por si veía negación en su mirada pero sonrió al ver como ella cerraba los ojos y entreabría sus labios.

Chat internamente sonrió.

La besó succionando lentamente el labio inferior de ella, haciendo que le diera paso a su interior, donde jugueteó con su lengua. 

Rodeó sus caderas con los brazos y la levantó sujetándola por los muslos para llevarla hasta la cama de ella, donde la recostó con suma delicadeza y sin soltar la unión perfecta de sus bocas.

Cuando se separaron para recuperar el aire, Chat acarició con una de sus manos la cálida mejilla de la chica que se encontraba de un bonito color rosado. Sonrió observando sus reacciones, el temblor de sus labios algo rojos por los besos.

Curando el dolor - MarichatWhere stories live. Discover now