2.Debilidad

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Marinette se sentía nerviosa. Sus padres, al enterarse de sus salidas y algunas faltas a las clases, le prohibieron dejar las clases y que si deseaba ir al hospital, tenía que ir después de sus clases.
La azabache por una razón u otra (Atender en la panadería, deberes estresantes de clases, entre otras) no pudo ir durante tres días a ver a su compañero gatuno, lo cual la tenía sumamente preocupada. Quería ir y volverlo a ver, pasar la tarde hablando con él y reír juntos.

Al cuarto día, con mochila a la espalda y todo, corrió hacia el hospital. Subió por las escaleras, de la emoción que sentía, pero sus pasos fueron frenados cuando llegó a la habitación y no vio nada.
Sus ojos escrutaron la cama vacía, las paredes blancas y volvieron al pasillo, donde divisó a una enfermera.

-Dis-culpe..-Se acercó a ella, temerosa-Yo...bueno, ¿Que pasó con el paciente, Chat noir? ¿Lo llevaron a algún lugar?

-Oh, no señorita. Según tengo anotado, el señor Noir pidió el alta voluntaria ayer-Dijo mirando en una tabla que tenía en las manos-Los médicos vieron que se había recuperado bastante bien, que no necesitaba respirador y a pesar de las directrices del médico superior, el señor Noir afirmó que estaba en buenas condiciones.

Marinette sintió como sus piernas temblaban. ¿Chat había huido? ¿Sería porque ella no lo habia ido a visitar?

Dio las gracias a la enfermera y salió del hospital. Corrió por las calles, mirando hacia los lados, en lo alto de los edificios, en todos los lugares en los que podría haber estado el felino.
Llegó al parque donde estaba la estatua de los héroes y se sentó en un banco, para recuperar el aliento. Se dio cuenta entonces de que no sabía nada de su felino compañero, no sabía por donde buscarlo o si quiera donde vivía. No podía dejar de pensar en sus heridas y en lo que estaría haciendo ahora.

Su móvil sonó, devolviendola a la realidad. Era Alya.

-Hola

-Marinette, chica, noticias frescas-Escuchó la animada voz de su amiga y la esperanza volvió a su cuerpo.

-¿Sabes algo de Chat noir?-Preguntó rápidamente

-Eh?Pues no, chica. Lo último que supe fue lo que todos, que está en el hospital-Dijo y Marinette suspiró-Pero esto es mucho mejor, a que no adivinas? Nino acaba de llamarme diciendo que Adrien se ha recuperado del resfriado y lo íbamos a ver a su casa, para ver cómo está. ¿Quieres venir, verdad?

-Ah..bueno..-El nombre del modelo le sonó lejano, pero lo cierto es que desde el ingreso de Chat noir, Adrien estuvo recluido en su casa, al parecer por una enfermedad contagiosa. Su padre, estricto como siempre, no lo dejó salir de la casa, por lo que no supieron nada de él. Hasta ahora. Marinette quería decirla a su amiga que no podía ir, ya que quería seguir buscando a Chat pero decidió que iría a ver a Adrien, estaría un rato con él y por la tarde-noche, se transformaría para recorrer más terreno, en busca de Chat-Bien, iré. ¿Cuando?

-Estoy yendo a lo de Nino y luego tiraremos para la mansión Agreste. ¿Nos vemos en 10 minutos en la puerta?

-Ok, nos vemos

Al colgar, Marinette corrió hasta su casa para dejar su mochila y arreglar un poco su cabello, que de tanto correr se había enredado y parecía un nido de pájaros.

Avisó a sus padres a donde iría y Tom le dio una caja de quiché y macarons para que le llevase a su compañero rubio. Marinette los metió en una bolsa y se dirigió a la mansión.

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Unos golpes en la puerta despertaron a Adrien de su placida siesta. Se enderezó entre sus cojines y sabanas y con voz pastosa dijo un "¿Que?", el cual sonó pastoso debido al sueño.

Curando el dolor - MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora