Capítulo 12

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~Narra Cristian~

Creo que impresioné a Eva tanto como quería o más, ya sabía todo lo que sentía por ella y espero que me haya creído cada palabra que salió de mi boca porque cada una de ellas era cierta. Hoy le llevaría de compras junto con su padre quería comprarle algo bonito que le recordase a mí para que no me olvide nunca por mucho que ella pueda llegar a querer hacerlo.
Ya eran las diez de la mañana, me duche y me vestí con mis pantalones vaqueros negros unas converse del mismo color que los pantalones y una camiseta blanca, hacía demasiada calor para llevar chaqueta y sabía que íbamos a llegar temprano a casa y no creía que fuese a tener frío en toda la tarde.

Baje a desayunar junto a todos los chicos y mi chica, nuestro desayuno de hoy constaba por unas tostadas con mermelada de fresa, un café y un zumo de naranja recien exprimido. Las cocineras hacían muy bien su trabajo por lo que me encantaba comer la comida que ellas hacían para todos los miembros de la casa, desde que llegé aquí engorde unos kilos o eso creo pero yo me noto más pesado que otras veces. No tardamos nada en acabar el rico desayuno por lo que nos levantamos y nos dispusimos a ir a nuestros baños para lavarnos los dientes y salir de la casa para dirigirnos al centro comercial. Ella iba sencilla, se vistió parecido a mí, pero daba igual ya que a mí me gustaba todo lo que ella se ponía, todo le sentaba demasiado bien. Nuestra casa estaba muy cerca del centro comercial por lo que tardamos quince minutos en llegar, no era la típica chica que se volvía loca mirando las tiendas y que se pasaba demasiado tiempo para mi gusto mirando ropa.

Compré alguna cosa que me hacía falta para la habitación, no eran muchas ya que mi habitación no era muy grande. Ella se compró: un par de vestidos, tacones, tennis, camisas, pantalones vaqueros y alguno de ellos eran algo rotos y alguno tambien cortos, y un par de chaquetas. Al acabar nos comimos un helado y nos merimos en el coche en el que volveríamos a la casa de donde habíamos salido hace unas pocas horas. Nos fuimos a colocar las cosas en nuestra habitación, sabía que iba a acabar yo antes que ella, lo mío no era tanta ropa ni tantas cosas como las que había comprado ella por lo que no me llevó más que cinco minutos. Me fuí acercando a su puerta dando con los nudillos en ella.

-Pasa, que aún me queda una poca ropa que ordenar.- Al entrar no la ví por ningún lado.

-¿Dónde te metiste?- Le dije cuando entré dentro de su lugar ya que no la vi por nungún lado.

-Estoy aquí dentro del armario, que tuve que colocar las cosas demasiado adentro y no le llegaba bien.- Miré donde ella me había dicho y me entró la risa floja  con la que caí encima de su cama.

-¿De qué se supone que te ríes?-Dijo ella saliendo de el armario demasiado enfadada, se puso enfrente a mi con las manos en la cintura, tiré de ella para que se colocase encima de mi en la cama y así fue, puse mi mano en su cara y junté mis labios a los suyos, era un beso apasionado tenía demasiadas ganas de rozar sus labios.

-¡Te amo!- Le dije aún con nuestros labios rozándose, ella se levantó y cerró la puerta con llave sabía por lo que hacía eso, su padre tenía la extraña manía de entrar mientras ella estaba vistiéndose o iba para la ducha. Se que no lo hacía queríendo, solo que quería estar con su hija porque no quería que se fuese del sitio en el que estaba.

-Me encantó cuando viniste aquí la mañana de nuestra cita y estuvimos acostados los dos juntos sin que nadie nos molestase, también me encantaron las palabras que me dedicaste ayer, no conseguí hablar porque me dejaste sin palabras pero yo se que también te amo y que desde que llegé fuiste en el primero que me fije- Besó levemente mis labios y nos quedamos toda esa tarde juntos en su habitación y poco a poco nos fuimos quedando dormidos.


Mi vida con élWhere stories live. Discover now