Me fui a casa con esas dudas taladrándome la cabeza, pero también con mucha hambre y definitivamente el hambre le ganaba a las dudas.

Por eso, cuando entré en mi departamento, lancé sin cuidado mi cartera y corrí para saquear el refrigerador.

Cogí una lata de refresco, una ensalada, una barra de chocolates y un poco de pollo. Lo puse todo en un plato, menos el chocolate y el refresco, y me senté a comer.

Recién cuando mi estómago estuvo satisfecho, reparé en que Jack no estaba en casa. Seguramente aun estuviera en la academia o con Becca. No me preocupaba porque sabía que mi hermano era un chico responsable, pero tampoco me confiaba, por lo que me prometí llamarle.

Tomé mi barra de chocolates y me encaminé a mi habitación para descansar y muy probablemente dormir.

Me recosté en mi cama de espalda y saqué el móvil de entre mis pechos para llamarle a mi hermano. Cuando iba a darle a botoncito verde de llamar, entró una llamada de un número privado.

Con el ceño fruncido y algo insegura, le di a contestar.

—¿Hola?

—Hola, Cindy —contestó la voz al otro lado. Espera... yo conocía esa voz, es más, la oía todos los días, ¡Era Ian! ¿Por qué demonios Ian estaba llamándome? Y lo más importante ¿Cómo había conseguido mi numero?— Soy Ian.

—Lo sé, ¿Cómo conseguiste mi numero?

—Tengo mis métodos.

La línea se quedó en silencio por un momento, no incomodo, pero a mí no me gustaban los silencios. Gracias a dios, no tuve que hacer nada para romperlo porque él se me adelantó.

¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido?

Era extraño que me preguntara esto, ya que me había visto hace solo unas horas, pero decidí responderle.

—Estoy bien y me siento perfectamente, es más, acabo de cenar, pero gracias por preguntar —Me cambie el teléfono de lado y me quité los tacones de una patada.

—¿Estas tomando tus medicinas?

Por supuesto —respondí con obviedad— Absolutamente todos los días. ¿Cómo te fue en la reunión? —pregunté para cambiar de tema.

—Bien, muy bien, Thompson ya firmó el contrato. Pero no quiero hablar de trabajo, quiero hablar de ti.

—¿Qué es lo que quieres saber de mí? —pregunté con una sonrisa.

—No lo sé, ¿Qué quieres que sepa? —sentía que podía ver su sonrisa al otro lado del teléfono.

—No hay mucho que saber de mí, no soy tan interesante como puedes creer. Tengo veinticuatro años, un hermano pequeño, mi mejor amiga está loca y yo también lo estoy. Creo que eso es todo.

Ian soltó una carcajada al otro lado de la línea.

—No creo que seas solo eso, vamos, dime algo de ti que nadie sepa.

—Está bien, pero tú también tienes que hacerlo.

—Me parece justo.

¿Algo de mí que nadie sepa? Eso era algo difícil, porque Lily y mi hermano sabían todo de mí. No, espera, no lo saben todo.

Promete que no vas a reírte —dije con las mejillas sonrosadas.

—Lo prometo.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now