—Mhm, no lo sé, ¿Comida italiana? —pregunté con los ojos entrecerrados en señal de concentración— ¿O quizá comida china? ¡No, ya se! ¡Las dos!

Jack soltó contuvo una carcajada y se levantó de mi lado para tomar su móvil y llamar para que trajeran mi comida.

La comida demoro aproximadamente 1 hora, primero llego la comida china y luego la italiana.

Lo único que diré, es que esa noche, mi estómago se fue a la cama feliz. Aunque me desperté a las tres de la mañana para vomitar. Pero ya saben lo que dice: "La felicidad es efímera, pero mientras dure, hay que disfrutarla"

(***)

Me sentía mal, muy pero que muy mal.

Esa comida china no se había ido por donde debía. Definitivamente no.

Pero como buen adulto responsable que era, y sin importar que los órganos se me estuvieran saliendo por la boca, tenía que trabajar.

Por lo que haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad, e intentando ignorar las náuseas y el dolor de cabeza, me levanté.

Me calcé mis pantuflas y me dirigí al baño para ducharme. Pasando de largo el espejo me desnudé y me duché lo más rápido que pude. El agua tibia alivió un poco el dolor de cabeza, no por completo, pero lo que si logró fue relajar por completamente mis músculos.

Cuando terminé, me enrollé en una gran y mullida toalla y por fin me enfrente al espejo. El vapor dificulto un poco la tarea de verme completamente bien, pero logre vislumbrar algo de mi reflejo.

No estaba tan mal... no. Solo estaba pálida como el papel, tenía unas ojeras inmensas, mis labios estaban resecos y mis ojos cansados y vidriosos.

Bueno... podría ser peor, si, peor. Podría tener un grano inmenso que abarcara todo mi rostro y estuviera blanco, lleno de pus. Iugh, eso fue repugnante.

Tomé mi estuche con el maquillaje necesario como para aparentar que estaba fresca como una rosa. No era una chica de mucho maquillaje, solo lo justo, pero era momento de sacar la artillería pesada.

Me ocupé de tapar mis ojeras con corrector, apliqué rubor para dar color a mi rostro, mascara de pestañas para abrir mi mirada, un poco de lápiz de ceja para definirlas y por ultimo un labial hidratante color rosa para mis labios.

Me vestí con una falda de tubo negra, camisa blanca y blazer negro. Me coloqué un par de medias negras y mis tacones negros. Cepillé mi cabello y lo sequé con el secador para posteriormente alisarlo y asegurarme de que se mantendría aplacado por el resto del día.

Cuando estuve lista, me encamine en dirección a la cocina para, como ya se iba haciendo costumbre, prepararme el desayuno y posteriormente tomar mis pastillas.

No fue necesario, pues Jack ya había pensado en eso. Frente a mí, tenía unas deliciosas tostadas con mermelada de durazno, un vaso de jugo de naranja y una taza de café.

—Jack, no deberías haberte molestado, podrías haber seguido durmiendo, yo podía preparar mi desayuno —dije con un nudo en la garganta por la emoción.

Diablos, esto de las hormonas era una putada.

Jack se acercó a mi lado para dejar un beso en mi mejilla y arrástrame a un taburete para que engullera mi comida.

—No es nada, lo que sea por mi hermanita —comentó sentándose a mi lado y engullendo lo que había preparado para sí mismo.

—Gracias, prometo compensártelo —tomé la taza de café y soplé un poco para posterior mente beber un sorbo. Estaba un poco (muy) amargo, pero lo había hecho con cariño, así que estaba dispuesta a bebérmelo por completo.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now