29. Ashton.

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— Le detesto — bufó Cassie, fijando sus ojos en Ashton, quien se encontraba al otro lado del patio, besando de forma nada decorosa a una chica —. Te juro que le odio.

Mia alzó las cejas. — Llevo sin verte cerca tres meses y dedicas tu tiempo a prestarle más atención a él que a mí, de eso no se trata el odio.

Madison rio, la marihuana la ponía de muy buen humor siempre, y había estado fumando con Alec unos minutos antes de que iniciara la fiesta. — Mia tiene razón — soltó algunas carcajadas —. Es una puta fiesta, Cassie, diviértete un poco.

La rubia fulminó a sus primas, pero luego suspiró rendida y decidió que ellas estaban en lo correcto. — Sí, iré a buscar a un chico con quien divertirme, o tal vez a dos...

El reloj daba a penas las seis de la tarde, y la fiesta en la casa de los Baldwin-Hamilton estaba recién empezando. Una impresionante cantidad de adolescentes se encontraban en el patio trasero disfrutando de la piscina y de tragos a los que, a escondidas de los dueños de casa, agregaban alcohol.

Cassie estaba muy molesta, por lo que bebía absolutamente todo lo que ponían en sus manos. Casi tres meses habían pasado desde la fiesta en la playa, donde Ash se comportó como un imbécil, y no habían vuelto a hablar desde entonces. Eran un par de orgullosos y nadie podía hacer nada al respecto.

Al cabo de tan solo una hora, se encontraba bailando sensualmente en medio de dos chicos, frotándose contra ellos, completamente ebria. Ashton la miraba desde la distancia, sintiendo náuseas. — ¿Qué mierda le ve a Victor Rodgers? — preguntó enojado, señalando a uno de los chicos, quien ahora tenía las manos muy cerca del trasero de la chica —. ¡Parece un simio!

Rush rio, sentado sobre una mesa, con Megan entre sus piernas, también riendo. — Pues ve y pregúntale — sugirió —. Oh, cierto. No se hablan.

— Que gracioso, McKenna, me estoy meando de la risa. Mira mi cara de alegría. Estúpido — bebió su cerveza y bufó, buscando alguna chica con la que hacer pasar el tiempo y olvidar a Cassandra Coleman.

— Vamos a otra fiesta en las afueras — gritó uno de los chicos en el oído de la rubia, mientras se movían al ritmo de la música —. Tengo unos amigos universitarios.

Ella estaba demasiado ebria, lo cual era extraño, generalmente tenía bastante tolerancia al alcohol. Lo que ella no sabía es que estaba drogada. — ¡Vamos! — exclamó contenta, tomando de la mano a ambos chicos y saliendo riendo del lugar.

Ashton terminó su inspección del lugar y soltó un suspiro resignado, realmente nadie le gustaba lo suficiente como para dedicarle un poco de tiempo. — Ash, ¿has visto a Cassie? — preguntó Maddy por encima del sonido de la música.

Entonces cayó en cuenta. No. No había visto a la rubia durante su recorrido del lugar, y dudaba mucho que estuviera arriba con esos chicos, pues ella respetaba mucho la casa de sus tíos, por lo que tuvo que haber salido con ellos.

— ¿Has intentado llamarla? — preguntó, repasando el lugar con los ojos. Cassie no estaba allí. Ella estaba alejándose a gran velocidad en un auto con dos chicos extraños.

Uno de ellos estaba sentado con ella en el asiento trasero, besándola y tocándola como si no hubiera un mañana. Las manos del chico apretaban sus pechos con un poco más de fuerza de la necesaria, y su lengua se introducía demasiado dentro de la boca de la chica. No le gustaba. De hecho, estaba a punto de quejarse, pero llegaron al lugar y el chico  se detuvo para poder bajar y ayudarla a hacer lo mismo.

No era la gran cosa, pero los chicos eran mayores y estaban encantados de verla. Hizo una entrada como lo haría solo una de las mejores estrellas de Hollywood y se ganó la atención de muchos en ese preciso momento.

Adicciones (+18)Where stories live. Discover now