Vigésima.

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"Vivir al lado de lo feliz es un error, no todo es alegría y felicidad, todo lo feliz tiene lo triste."

Mark Tomlinson era un alfa con derechos, alguien que se hacía respetar entre las comunidades empresariales, era el alfa más solicitado en las empresas de Londres, su habilidad para crear empresas y sus aumentos eran sorprendentes y él se sentía orgulloso de ello. Se había transformado de un don nadie a un gran hombre de negocios y su familia y sus amigos siempre le dejaban en alto ello, y él, él sólo podía disfrutar lo que la vida le dio.

El hombre era considerado el mejor en esos ámbitos, pero en sus primeros años de vida fue considerado un alfa irresponsable, alguien que no pensaba en los demás y todo por culpa de haber marcado a su omega a la corta edad de diecisiete años. A pesar de que a los alfas no se les consideraba unos "calientes" por querer salir con cualquier omega, tanto hombre como mujer, el desprecio hacia un alfa joven, uno que había encontrado a su omega a corta edad, el que la haya marcado en el primer celo que compartieron sí era considerado inaudito y eso, para la familia del chico y de la chica, era algo que no se toleraba pero ya nadie era capaz de hacer nada, ahora a ambos los unía un lazo de por vida, que por más que intentaran separarlos los haría volver uno con el otro y que aunque la omega fuera marcada por otro, el dolor y la pérdida de su verdadero alfa sería más fuerte y le haría caer en las manos de la muerte.

Muchos años de ser juzgado lograron que el chico de ese entonces, se volviera alguien recto y con derechos y gracias al cielo que ambos habían logrado tener hijos hasta que fueran grandes. A pesar del desagrado del alfa hacía la pérdida del aroma de su omega, los supresores habían logrado que en ninguno de sus celos quedara en estado, por lo menos hasta que tuviesen el dinero y la edad suficiente para tener hijos y eso, el poder oler a su omega con total libertado habían hecho que su alfa interno brincara de felicidad.

En los años de su unión, solamente tuvieron dos hijos; su hijo mayor era Louis, un chico omega que a pesar de todo jamás fue juzgado ni despreciado por su padre. El día que había presentado como omega había hecho que el chico muriera de nervios por temor de que su padre fuera a sacarlo de casa, es decir, a pesar de ser ya un largo tiempo en donde los hombres omegas ya no eran despreciados, todavía existían padres que no querían a sus omegas y los sacaban de sus casas porque eran una desgracia para la familia. En lugar de eso, su padre solamente le sonrió y le extendió una caja de supresores, suplicando que no atrajera a ningún alfa idiota que solo lo quisiera por su cuerpo.

Lottie (o Charlotte) era la segunda, ella era una linda chica omega y su padre estaba orgullosa de ella, había salido adelante por sí misma y nunca fue juzgada, siempre cuidaba a su hermano de los alfas idiotas que pasaban por su lado. Tanto ella como Louis eran los omegas más valientes y sarcásticos que alguien se podía encontrar.

Jay, su amada Jay era la omega más hermosa a los ojos del alfa, su rostro era precioso y sus ojos eran la maravilla del alfa. Ella nunca se dejó juzgar por ser marcada a temprana y su temperamento había sido el que sus hijos heredaron.

Mark era feliz, su vida iba de maravilla y no podía pedir más, la cosa más sorprenderte fue cuando conoció a Des Styles. Un alfa que peleaba contra la muerte día a día y que su intención siempre fue de las mejores, sus esperanzas siempre estaban en alto y él siempre admiró eso del hombre, incluso cuando comenzó a pelear en su pequeño gimnasio de boxeo, el alfa jamás se rendía en el ring y Mark podía notar como los ojitos de su único hijo se llenaban de admiración hacía su padre.

El día que perdió a su omega había sido el dolor más grande de su existir y no sólo por el dolor y la agonía que el lazo representaba en él, sino por todo lo que había vivido con ella, todos los altibajos y todas las peleas para salir adelante. Para él, ella representaba su mundo entero pero ahora tenía que ver por sus dos pequeños, sus dos pequeños omegas que lo seguían a todas partes y que él se sentía orgulloso, a pesar de que muchos de los que había considerado sus "amigos" se burlaban de su pequeño niño con tan solo cinco años, diciendo que cómo era que permitía que el menor jugara con cosas de niñas, que eso solo haría que su "biología" cambiara hasta el punto de llegar a pensar que en lugar de ser alfa, él querría ser un omega. La cosa que sucedió fue que su hijo jamás se sintió un alfa porque... bueno, no era un alfa.

En la actualidad, Mark veía a su familia feliz, ambas partes de ella (tanto de Louis como de Lottie) se habían juntado en su casa para celebrar su cumpleaños y se sentía feliz, viendo a sus nietos alrededor y a sus yernos.

— No te vayas a poner sentimental, papá-. Louis se había acercado a su padre y el hombre suspiró.

— Me estas pidiendo algo imposible, hijo-. El chico se acercó a su padre y dejó que éste lo abrazara por los hombros-. ¿Qué tal llevas el segundo embarazo?-. Louis suspiró y dejó su mano en su pequeña pancita.

— Creo que éste par de volverá loco, ni siquiera han nacido y ya me provocan problemas-. El hombre ni siquiera había prestado atención a las palabras de su hijo, se había perdido desde el momento en que dijo que iban a ser dos.

— ¿Gemelos?-. El omega asintió.

— Para nosotros también fue una sorpresa-. Una sonrisita se dejó ver y un abrazo fuerte por parte de su padre fue lo que Louis recibió.

El alfa podía vivir tranquilo y feliz, su hijo le daría otra vez nietos y eso era algo apreciable, después del pequeño accidente que había tenido en su momento, los lazos con Louis se habían multiplicado y el chico no quería dejarlo mucho solo. Daba gracias a Harry y sus formas de persuadir al chico.

Él era feliz, siempre fue y será feliz.

30 Reglas De Boxeo | Larry StylinsonWhere stories live. Discover now