Face Time; Jikook [RE UPLOAD]

See u again

Jungkook

Fin de semana, precioso fin de semana en el que podía levantarme tarde de la cama sin preocupaciones, disfrutando de mis únicos días en los que me ahogaba en tareas y problemas por deber trabajos debido a mi ausencia, si iba a quedarme en cama hasta que la comida me resultara de vida o muerte... o eso tenía planeado hasta antes de que Taehyung irrumpiera en la habitación completamente aterrorizado.

—Es imposible, es terrible, es...

—¿Qué? ¿Ver a Jin y Namjoon siendo cariñosos? Lo sé lo sé. —volví a cubrirme lentamente con las sabanas hasta la cabeza cuando él me las arrebato y se lanzó sobre mi cuerpo tomando mi rostro entre sus manos.

—¡Kook! —Mis ojos se agrandaron más de lo normal, ¿Qué clase de cercanía era esta? —¿Sabes que te amo mucho no?

—Ehh... —¿Acaso iba a declararse o algo así? Perdió la cabeza.

—Y que siempre puedes ir a mi casa pero por estos días, ¿puedo pedirte que no lo hagas?

     ¿Que mosca le picó? Estaba nervioso, alterado y parecía que en cualquier momento comenzaría a temblar igual que un cachorro con frío. Talle mis ojos tratando de mejorar mi vista, me senté sobre la cama y asentí con la cabeza.

—No tenias porque ser tan mierda Tae. —Se le abrieron los ojos de par en par ante mis palabras. —No recuerdo dónde vives.

     Ambos nos echamos reír, digo, si estoy condenando a vivir el resto de mi jodida vida sin recordar la mitad de mi pasado lo último que podía hacer al respecto es burlarme de ello y lamentarme por los recuerdos que probablemente no regresen a mí. Cuando Taehyung se fue me metí en la ducha con toda la calma del mundo, arreglé el desastre —por arreglarlo me refería a esconderlo— de mi habitación y me dispuse a tomar por mi cuenta los ejercicios para ayudarme a recordar un par de cosas.

     Mi sentido de la orientación mejoró así que iba progresando. Mientras revisaba las antiguas fotos encontré un viejo anillo en mi cajón, la curiosidad me invadió al preguntarme el por qué guardaba un anillo en tal mal estado. Lo miré por todos lados tratando de encontrar algo interesante hasta que me tope con un grabado que había detrás de éste.

"Pjm 20XX ~ forever"

     Dos dígitos ya no eran tan visibles como los demás, no podía ser un anillo viejo ya que los dos primeros números indicaban el hermoso siglo XXI. Pronto imágenes volvieron a mi cabeza como puñaladas.

     La escena de un anillo resbalando por mi dedo en el fregadero de un restaurante, la desesperación de no poderlo sacar de la tubería, la alegría de recuperarlo. Y por último ver aquella cajita donde lo había guardado.

    Tal parece que comenzar a recordar implica tener dolores de cabeza. Después de dejar los cajones de lado me tumbe en la cama con la intención de dormir un rato cuando el enorme calendario en la pared se apoderó de mí. Había demasiadas ¡centenares de taches! Cada día de cada mes estaba marcado ahí, incluso años anteriores. Me coloqué frente a el y le mire atento hasta que el móvil comenzó a sonar.
     Era Jimin, invitándome a comer y estaba dispuesto a aceptar de no ser porque no podía salir de casa hasta terminar los deberes, así que le invite yo.

Pronto tenía al hombre sentando frente a mi inerte como una piedra, podía jurar que sólo sus ojos se habían movido en un lapso de treinta minutos mientras comíamos.

—Ya, no somos momias todavía.

—Sólo estoy nervioso de estar a so... —eleve una ceja y pronto cortó la frase sonriendo—comiendo camarones, solían darme dolor de estómago.

     Quería llenarlo de preguntas sobre muchas cosas pero algo dentro de mí, muy dentro de mí me decía que no había nada de lo que hablar, que lo sabía todo y nos conocíamos como la palma de la mano. Y por otro lado mi sentido común me decía que estaba frente a un completo desconocido, en mi casa, un muchacho que un día de repente apareció en mi habitación de hospital. Habíamos estado "saliendo" de vez en cuando en los últimos días aunque a Jin por alguna extraña razón no le parecía en absoluto.

     Debido a que no recordaba nada acerca de él me ahogaba pensar ciertas cosas tales como que no le conocía ni un amigo en esta enorme ciudad, nadie le conocía más que Taehyung, Jin, NamJoon y al parecer Max, de los antes mencionados dos no lo veían con buena cara.

—Jimin, —sus ojos me miraron con total atención al oír su hombre—¿casado, soltero o eres muy liberal?

—Enamorado.

—Oh, ¿quién es la afortunada que goza de sus buenas conversaciones?

—Afortunado —corrigió de inmediato—, diría yo.

—¿Eres gay?

Taehyung

     Todo estaba yendo bien hasta esta mañana, seguía mi aburrida rutina normal de comer, estudiar y esperar a que Jungkook se conectara en Overwatch y jugar un momento, no, no pasaban muchas cosas interesantes en mi día a día. Pasaba todos los días recluido en mi grade y solitaria casa.

  —¿Debería adoptar un cachorro? Es mejor compañía que el sonido de la televisión encendida.

     Estaba pasando por una etapa de ni yo mismo lograba comprender, lo tenía todo en esta vida que me tocó vivir, sin embargo, no tengo a nadie a mi lado. Siempre estaba con Jungkook o con Hoseok... pero tal parece que he perdido a ambos. Hoseok se ha ido y Jungkook, bueno él no me recuerda completamente. 

     Un mensaje basto para ponerme el mundo de cabeza, tal parece que más de lo que ya estaba y no tenía ni la menor idea de que hacer. Me dirigí con prisa hacia el lugar citado en el mensaje, entre tanta gente me sentía desorientado y pensaba en muchas cosas mientras esperaba con los nervios de punta sentado en el suelo.

Enredaba mi cabello entre mis dedos tratando de pensar en cualquier tontería que se me ocurriera, café americano, el olor de la tierra mojada, perritos orinando en cualquier parte...

—Buenas tardes joven —eleve la mirada de inmediato topándome con esos ojos inexpresivos— Estoy perdido ¿sería tan amable de mostrarme la ciudad?

Me quedé atónito.

  —Taehyung, ¿me escuchas?

Y a pesar de eso, algo dentro de mí se sintió feliz de verle.